Prueba: Peugeot 508 RXH HYbrid4 (parte 2)

Ya te hemos hablado en la primera entrega de la prueba sobre los acabados, el habitáculo y el diseño exterior del 508 RXH Hybrid4. Sin embargo, nos falta por tocar otros aspectos aún más importantes si cabe, y más en el modelo que nos ocupa, como son, el equipamiento con el que cuenta, así como la configuración mecánica del mismo, y desgranarte el funcionamiento del sistema diésel híbrido.

Como en la primera parte, en el apartado mecánico y de equipamiento, también encontramos sus luces y sus sombras. ¿Quieres conocerlas? ¡Pincha en leer más!

Mecánica

Si lo más habitual entre los pocos híbridos que podemos encontrar en el mercado, es que generalmente, combinan un propulsor gasolina con uno eléctrico y asociado a un mismo eje, el sistema híbrido de Peugeot es completamente diferente. En el caso de Peugeot, se combina un propulsor diésel (2.0 HDI de 163 CV) con uno eléctrico de 37 CV, sumando un total de 200 CV. Sin embargo, el motor térmico es el encargado de mover el eje delantero, y el eléctrico el eje trasero, por lo que cuando no hay carga en las baterías del propulsor eléctrico, no podemos disponer de la tracción a las cuatro ruedas. Este sistema lo podemos encontrar dentro de la misma marca en el 3008 HYbrid4, y en el mismo grupo automovilístico en el Citroën DS5 HYbrid4.

Prueba: Peugeot 508 RXH HYbrid4 (parte 2)

El cambio elegido para este mix es un cambio de tipo CMP (cambio manual pilotado) de seis velocidades, que puede gestionarse en modo automático o en modo manual a través de las levas del volante. Personalmente, me parece un tremendo error la elección de este cambio para este coche en lugar de un cambio de doble embrague, o si es pedir demasiado, uno tipo CVT. ¿El motivo? es un cambio que lastra mucho las prestaciones del coche, porque resulta bastante lento entre cambios de marchas (y muy en especialmente, cuando circulamos en el modo automático, en marchas largas, y presionamos el acelerador a fondo para adelantar). Eso, es algo, que de forma indirecta, también repercute sobre el confort. Aunque hay que decir, a su favor, que resulta menos brusco de lo que me esperaba en un principio.

Prueba: Peugeot 508 RXH HYbrid4 (parte 2)

Según Peugeot, el 508 RXH homologa un consumo mixto de 4,1l/100 km. Personalmente, la media que logré se quedaba algo lejos, en torno a los 5 litros, combinando los tres ciclos típicos. Hay que decir, en cualquier caso, que no estoy habituado a conducir vehículos híbridos, y que esa media la obtuve centrándome en realizar una conducción eficiente, algo que en el Peugeot (y en general, en los coches híbridos) resulta mucho más fácil de hacer que en coches sistemas de propulsión convencionales. Pude hacer también otra media en la que estaba menos pendiente de realizar conducción eficiente, y donde también quise probar el comportamiento de su propulsor a altas vueltas, situándose en torno a los 6l/100 km en el citado caso.

Me ha dado también la sensación que a la mínima pendiente, enseguida entraba en funcionamiento el propulsor diésel. Hay que tener en cuenta que el 508 RXH es un modelo que pesa en torno a los 1.850 kg, y que además sus baterías no tienen una capacidad especialmente grande, así que posiblemente todo tenga relación entre sí. Circulando por Valencia ciudad, que es llana, por ejemplo, no he tenido ese problema concreto, pero sí a la hora de circular por otras poblaciones.

El funcionamiento del sistema híbrido, dependiendo de las circunstancias, podremos variarlo a través de la rueda ubicada en la consola central. Desde dicha rueda, podemos seleccionar los siguientes modos:

Prueba: Peugeot 508 RXH HYbrid4 (parte 2)

– 4WD: Igual que en el modo Sport, aquí funcionan ambos propulsores, pero la finalidad es otra bien distinta. Aquí se busca en todo momento contar con tracción a las cuatro ruedas, que nos permitan conducir por caminos en mal estado.

– ZEV: En este modo, únicamente emplea el sistema eléctrico, por tanto, el coche es de propulsión trasera. Eso sí, tiene una autonomía muy limitada, sólo 2 kilómetros a no más de 60 km/h (suponiendo que tengamos la batería cargadas al máximo). Y naturalmente, si la carga de las baterías no entra dentro de unos mínimos, no se nos permitirá activar el modo. También se tiene en cuenta el tipo de uso que estemos dando a diversos componentes electrónicos del habitáculo para determinar si se puede activar o no ese modo.

– Auto: Es el modo que viene activado cuando arrancamos en coche. Como su nombre dice, es un modo automático, que intentará determinar mejor el uso de ambos propulsores en función del tipo de conducción que estemos realizando. Aunque si tenemos claro el tipo de conducción que queremos realizar, es mejor seleccionar el modo directamente en lugar de dejarlo en ‘Auto’.

– Sport: En este modo, se aúnan las capacidades de ambos motores para trabajar conjuntamente y que de esa entregue la potencia oficial (200 CV).

Otro aspecto curioso, es que al levantar el acelerador, en función de la velocidad a la que lo levantara (y me ha parecido también que iba un poco en función de lo que se levantara el pie), frenaba más o menos el coche, con la finalidad de recargar las baterías a través de la frenada regenerativa. Al principio, quizá pueda resultar algo molesto porque no sabes en cada momento que tipo de retención va a realizar, pero una vez te acostumbras no resulta molesto.

Equipamiento

Un único acabado. Bastante rico en dotación, eso sí, pero aún se puede completar aún más poniendo euros encima de la mesa. Sin embargo, esto también provoca que tenga un precio de partida más elevado que obviamente pueda echar para atrás a muchos potenciales compradores de primeras, aunque cuando conozcan luego su extensa lista de equipamiento, puedan cambiar de opinión para mejor.

En su dotación de serie, podemos encontrar como elementos más destacables asistente de arranque en pendiente, asientos delanteros eléctricos, equipo multimedia firmado por JBL, cristales traseros sobretintados, sensor de luz, sensor de lluvia, freno de estacionamiento eléctrico, tapicería de los asientos en semicuero, guantera refrigerada, climatizador de dos zonas, techo panorámico de cristal, volante en cuero, Head Up Display, control de crucero, asientos delanteros calefactables, navegador con pantalla a color y disco duro integrado, llantas de aleación de 18 pulgadas, entre otros.

Sin embargo, esta dotación, como comentábamos, se puede ampliar a través de unos paquetes de equipamiento:

Uno de ellos es el Pack Vision Plus, que añade faros bixenón direccionales, lavafaros, luz diurna LED y cambo automático de luces de carretera. Este paquete tiene un sobrecoste de 769 euros, altamente recomendable para mejorar la visión de noche. Como curiosidad, los faros que se incorporan con este paquete, llevan un anagrama dentro de ellos, que se ve desde fuera claramente, donde indica que son bixenón y LED.

A nivel de confort, tenemos el sistema de apertura y cierre motorizado del portón trasero junto con la red separadora de carga, con un coste de 577 euros.

Ya, dentro de las tapicerías, tenemos dos opciones, el paquete cuerpo nappa que añade tapicería en cuero nappa, cojín del asiento regulable, memoria en los ajustes de los asientos delanteros eléctricos y masaje lumbar en los asientos. O el paquete alcántara, que cuenta todo lo anterior pero la tapicería de los asientos combina cuero nappa y alcántara en la parte central. Todo ello, a un coste de 1.700 euros.

Así como otros muchos elementos como alarma con supercierre (288 euros), sistema multimedia de alta fidelidad con 10 altavoces (481 euros), entre otros. Me ha chocado por otra parte no encontrar ni en su dotación de serie, ni en su dotación opcional elementos como aviso de cambio involuntario de carril, un rádar para mantener la distancia constante con el vehículo precedente o el Park Assist de la firma (este último tiene sentido que aún no esté disponible, porque es un sistema que fue lanzado al mercado hace pocos meses).

Comportamiento

¿Qué podemos comentar sobre su comportamiento? Me ha sorprendido su calidad de rodadura, contando con unas suspensiones firmes que no balancean en exceso a la hora de tomar curvas reviradas con una velocidad considerable y dando una sensación de seguridad y control en todo momento. Sin embargo, es precisamente en este tipo de zonas cuando más sale a relucir el mayor defecto que le puedo encontrar a éste coche: el cambio.

En general, tiene un comportamiento de naturaleza noble, en el que no deberemos esperar reacciones bruscas. Si además seleccionamos el modo Sport, mejoraremos ligeramente el tacto de la dirección, algo que agradeceremos cuando vayamos a practicar este tipo de conducción más deportiva. Y nuevamente, aquí, cuando vayamos a realizar este tipo de conducción, deberemos estar al tanto sobre el comportamiento del sistema de retención de la frenada regenerativa, para no confiarnos en las curvas a la hora de soltar el gas, pensando que con la retención será suficiente para no pisar el freno (por aquello de que la retención es variable).

Conclusión

Prueba: Peugeot 508 RXH HYbrid4 (parte 2)

¿Sale rentable la diferencia de 5.000 euros respecto a un 508 SW tope de gama? Según como se mire. Con esos 5.000 euros, obtenemos una carrocería más preparada para circular por caminos en mal estado, un sistema híbrido que nos permitirá obtener consumos más reducidos y mejores prestaciones, una mayor dotación y tracción a las cuatro ruedas, aunque por contra, tendremos un mayor peso y menos capacidad de maletero. Si tenemos el dinero, el salto a la variante híbrida compensa, no tanto por la diferencia de consumo, que no al no ser una diferencia notable entre ambas variantes no debería suponer un argumento tajante, sino más bien por las ventajas que nos puede ofrecer la tracción.

También hay que tener en cuenta otro aspecto, el precio de partida del 508 RXH -actualmente cifrado en 42.500 euros- puede verse alterado con la ampliación de su equipamiento opcional, en el que, como mínimo, yo lo equiparía con el sistema «Pack Vision Plus».

Si buscamos rivales en otras marcas, lo más parecido que encontramos son los Volkswagen Passat Alltrack y Audi A4 Allroad. Ambos carecen del sistema híbrido, el Passat, a igualdad de equipamiento  y similar motorización se sitúa en los precios del 508 RXH, mientras que por su parte, el A4 allroad, se sitúa en una escala de precios notablemente superior si lo equipamos a igualdad de potencia y equipamiento. De nuestros gustos y criterio depende ya decantarnos entre un modelo u otro.

Prueba: Peugeot 508 RXH HYbrid4

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