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Monovolúmenes

Prueba: Volkswagen Golf Sportsvan 1.6 TDI 110 CV DSG (equipamiento, comportamiento, conclusión)

Hoy toca continuar con el análisis que esta semana estamos haciendo al monovolumen más pequeño de la gama de Volkswagen. Un derivado del Golf que ha aumentado el tamaño de alguna de sus cotas y ha presentado un sinfín de soluciones prácticas que lo convierten en un modelo práctico y versátil para su uso urbano. Tras profundizar en la primera parte de la prueba en aspectos tales como su diseño, su completo habitáculo y su mecánica diésel �??de 1,6 litros y 110 CV en la versión probada- hoy toca es el turno de conocer su equipamiento y precios, así como el comportamiento dinámico que nos ha mostrado tras una semana de pruebas. Equipamiento El Volkswagen Golf Sportsvan tiene un precio de partida de 21.730 euros -descuentos no aplicados-, que se corresponde con la motorización 1.2 TSI de 110 CV y de 24.730 euros en la versión diésel 1.6 TDI de igual potencia, ambos en acabado �??edition�?�. Su equipamiento básico ya incluye 7 airbags, sistema anticolisiones múltiples, start&stop, aire acondicionado, faros antiniebla, espejos retrovisores con ajuste eléctrico, avisador de presión de los neumáticos, bluetooth o freno de mano eléctrico. Para la misma motorización diésel, un escalón por encima encontramos el acabado Advance, que con un precio de 26.260 euros añade a lo anterior sensores de aparcamiento delanteros y traseros, control de velocidad de crucero, ordenador de a bordo ampliado, retrovisor interior fotosensible, detector de fatiga, climatizador bizona, cristales traseros oscurecidos, llantas de aleación de 16 pulgadas, etcétera. Por último tenemos el acabado Sport, que con un precio de 29.340 euros añade llantas de aleación de 17 pulgadas, faros bixenón, suspensión deportiva, retrovisores con plegado eléctrico, luces interiores LED y tapicería de tela y alcántara en asientos deportivos. En la actualidad también está disponible el acabado Special Edition, que con un precio de 22.430 euros, equipa llantas de 16 pulgadas, park pilot, volante de cuero multifunción, y ordenador de a bordo ampliado, una opción muy interesante si la comparamos con el acabado edition. Entre los extras más destacados están el cambio automático de doble embrague DSG -2.000 euros-, navegador GPS Discover media -560 euros- o Discover Pro -1.975 euros-, tapicería de cuero Vienna -2.255 euros-, cámara de marcha atrás -250 euros- o acceso y arranque sin llave -340 euros-. Comportamiento La postura al volante del Golf Sportsvan es cómoda, ligeramente elevada con respecto al compacto del que deriva y con los mandos claramente enfocados a la practicidad por encima de la deportividad que reza en su nombre. Es un coche ágil, de reacciones vivas, que aporta una gran sensación de control y seguridad al conductor. Buena parte de su buen hacer es debido a la polifacética plataforma MQB de la que deriva, que ha sido afinada para conseguir un gran comportamiento con un peso contenido. La principal virtud de esta motorización es su bajo consumo, que es fácil de mantener en torno a los 5 litros por cada 100 en carretera sin prestar especial cuidado con el acelerador y que en ciudad se conforma con poco más de 6 en conducción normal. Nuestro ordenador de a bordo nos indicó un consumo medio de 5,6 litros a los 100 para el total de nuestra prueba, en la que se incluyen pruebas de aceleración y recuperaciones. Como hemos apuntado, el Sportsvan es un coche ágil, con un buen paso por curva y un comportamiento neutro y predecible. Es sencillo enlazar curvas a velocidad alta sin pérdidas notables de adherencia y sus 110 CV se muestran capaces en la inmensa mayoría de circunstancias del día a día. Pese a su buen comportamiento en carretera, es en la ciudad donde este pequeño monovolumen juega todas sus cartas. Con una carrocería de dimensiones contenidas, una dirección suave y una excelente visibilidad consigue ser muy efectivo en los recorridos urbanos. El cambio automático de doble embrague DSG es un complemento perfecto para el Sportsvan, porque aunque sus cualidades sean más aprovechables en coches de mayores prestaciones, consigue demostrar que su suavidad e imperceptibles transiciones entre marchas también son ideales para su uso urbano. El sistema start&stop también está muy bien afinado; apaga y enciende el motor en décimas y no resulta nada molesto en la conducción. Conclusión Estamos ante un coche donde se aprecia la madurez, que ha sabido aprovechar la herencia del Golf Plus para pulir al detalle todas sus características y convertirse en un modelo repleto de posibilidades que se convierte en una gran opción para quien necesite un coche para todo. Cuenta con un diseño atractivo en la medida en que sus dimensiones le periten, un habitáculo amplio y repleto de soluciones prácticas para el día a día y un maletero de 500 litros de fácil acceso. Su mecánica diésel de 1,6 litros cumple de sobra con las expectativas que un vehículo de sus características demanda, y todo ello con un consumo ajustado tanto en ciudad como fuera de ella. Sus distintos niveles de equipamiento y catálogo de opciones le permiten contar con los últimos avances en asistencia a la conducción, aunque en su equipamiento de serie se echen en falta elementos tan útiles para un coche urbano como la cámara de marcha atrás o el acceso y arranque sin llave. Volkswagen Golf Sportsvan

Prueba: Opel Zafira Tourer Turbo 200 CV (equipamiento, comportamiento, conclusión)

Hoy nos toca seguir adelante con la prueba que hace unos días comenzamos sobre un monovolumen muy espacial, el Opel Zafira Tourer Turbo. Este modelo familiar de siete plazas cuenta con un propulsor de gasolina de 1,6 litros y nada menos que 200 CV de potencia, una combinación atípica que resulta ideal para quien no quiere renunciar a nada. En la primera parte de la prueba repasamos aspectos como el diseño, el espacioso habitáculo y sus datos mecánicos, si todavía no la has leído puedes echarle un vistazo aquí. En esta segunda entrega analizaremos su listado de precios y equipamientos, para posteriormente sentarnos al volante de este monovolumen y comprobar el comportamiento de esta combinación tan interesante. Equipamiento El Opel Zafira Tourer tiene un precio de partida de 18.550 euros �??descuentos aplicados- que se corresponde con la versión 1.4 gasolina de 120 CV y acabado Expression. Si queremos hacernos con la versión 1.6 de 200 CV tendremos que asociarlo al nivel de equipamiento más completo -Excellence-, con un precio de venta de 26.681 euros �??contando el descuento de marca aplicado de 3.919 euros-. Con el acabado Excellence, el Zafira equipa de serie elementos como el control de crucero, volante de cuero, sistema de asientos Lounge Seating, llantas de aleación de 17 pulgadas, chasis deportivo rebajado, freno de estacionamiento eléctrico, faros antiniebla, cristales traseros oscurecidos, pilotos traseros LED, climatizador bizona, sensor de lluvia y luces, bluetooth, retrovisor interior antideslumbramiento, etcétera. En el apartado de seguridad cuenta con seis airbags, dos anclajes ISOFIX, control de estabilidad, control de tracción, reposacabezas delanteros activos, sensor de presión de los neumáticos y asistente de arranque en pendiente. Una vez escogida la versión podremos decantarnos por la pintura metalizada -509 euros- o la tapicería de cuero perforado -1.872 euros- en lugar de la mixta de serie. Muchos de los opcionales se agrupan en paquetes cerrados, como el Pack Drive Assist 1 -468 euros- que incluye la cámara frontal Opel Eye, indicador de la distancia de seguimiento y sistema de reconocimiento de señales, el Pack Drive Assist 2 -806 euros- que incluye el control de crucero adaptativo y el indicador de la distancia de seguimiento, o el Pack de Protección Perimetral, que incluye el control de distancia de aparcamiento delantero  y trasero, asistente avanzado de aparcamiento, detector de ángulo muerto y retrovisores exteriores plegables eléctricamente. Otros opcionales destacados son los faros bixenón adaptativos -1.066 euros-, Navegador Navi950 con IntelliLink -780 euros- con conector USB, pantalla a color de 7 pulgadas y control por voz, techo solar con parabrisas panorámico -1.279 euros- o sistema de estabilidad adaptativa FlexRide -905 euros-. Comportamiento Al girar la llave de contacto el motor de gasolina nos responde con un agradable sonido que en absoluto desentona con el ambiente familiar que evoca su habitáculo. La característica principal de este modelo es su suavidad y confort de marcha. Resultan muy agradables sus transiciones entre marchas, realizadas con una palanca con un tacto duro y preciso que me ha gustado mucho una vez acostumbrado a sus características. En ciudad se maneja con soltura, salvando sus generosas dimensiones, gracias a su posición de conducción elevada y a una buena visibilidad en todas direcciones. La distancia que peor se controla es realizando maniobras marcha atrás, algo que en parte se soluciona con la cámara trasera, y digo en parte ya que de día sí que es un complemento útil, que no lo es tanto en situaciones de poca luz, donde la calidad de su imagen disminuye notablemente. En carretera desaparecen esos pequeños problemas, y el comportamiento del Zafira se asemeja al de un turismo convencional. Su mayor altura no penaliza en exceso sus cualidades dinámicas, donde muestra un comportamiento bastante neutro, con ligeros balanceos en los cambios de apoyo que no llegan a resultar incómodos. Al usar los botones del sistema FlexRide y escoger entre los modos de conducción Sport, Normal y Tour, podemos adecuar las características del coche en función de nuestras necesidades. El cambio entre los diferentes modos no es ni mucho menos radical, pero sí lo suficiente como para dar un toque deportivo a este modelo y adecuar su chasis a la potencia de que dispone. En la zona baja del cuentavueltas el Zafira Tourer Turbo se comporta de manera muy civilizada, esperando a que hundamos el pie derecho para despertar todo su potencial y sorprendernos con una aceleración que nos hace dibujar una sonrisa. Desde las 2.000 revoluciones por minuto y hasta prácticamente la zona roja del indicador, el propulsor de 1,6 litros empuja de forma constante y progresiva que invita a apurar cada una de las seis relaciones de cambio. El conjunto de frenado también cumple con nuestras expectativas, con una mordida contundente que resulta muy fácil de regular desde el pedal de freno. El punto negativo lo encontramos en la cifra de consumo, que se mantiene en una cifra muy alejada de los 6,8 litros de media que homologa la marca. En ciudad el consumo supera los 10 litros de media, y en carretera a ritmos legales los 6,5 litros. La media de nuestra prueba de una semana ha sido de 9,4 litros a los 100. Conclusión El Zafira Tourer Turbo es un modelo fuera de lo común que viene a rellenar un hueco en el mercado pensado para todos aquellos necesitados de un monovolumen de siete plazas sin renunciar a un prestacional motor de gasolina. Tiene un diseño atractivo y un habitáculo lleno de soluciones pensadas para el confort de sus ocupantes, aunque existan detalles que ensombrecen su uso en el día a día. Su mecánica resulta muy agradable y silenciosa en un uso tranquilo, y una gran respuesta cuando queremos hacer uso de los 200 CV  con que ha sido concebido. El chasis, aunque no se puede calificar de ágil, sí que es lo suficientemente bueno como para compaginar con éxito la combinación de un potente propulsor con una carrocería grande y alta. El equipamiento de serie es completo, y el precio de sus elementos opcionales correcto, aunque se echa en falta poder acceder a otros niveles de acabado y la posibilidad de acoplar una caja de cambios automática, una opción que va ganando cada día más adeptos en nuestro país. Opel Zafira Tourer Turbo 200 CV

Prueba: Opel Zafira Tourer Turbo 200 CV (diseño, habitáculo, mecánica)

El coche que probamos hoy es uno de esos que se salen de lo habitual para ofrecer algo que se escapa de los estándares habituales. La estadística dice que pocas de las personas que escogen un monovolumen de 7 plazas lo hacen con motor gasolina, y muchas menos aún buscarán que sea turboalimentado y de 200 CV de potencia. Pero como las estadísticas están hechas para romperlas, y sobre gustos y necesidades no hay nada escrito, Opel ofrece dentro de su gama el Zafira Tourer Turbo. Este monovolumen es el complemento ideal para todas aquellas personas necesitadas de un espacio mayor al de una berlina o monovolumen convencional, pero que se niegan a renunciar a la potencia que proporciona un propulsor gasolina de 1,6 litros y nada menos que 200 CV. Esta versión complementa a la también prestacional versión 2.0 CDTi diésel BiTurbo de 195 CV. Hemos conducido el Zafira Tourer Turbo durante una semana para poder analizar todos los detalles de este espacioso y potente Opel que a nadie deja indiferente. En esta primera entrega le toca el turno al diseño, el habitáculo y la mecánica. Diseño La imagen del actual Zafira data del año 2011, y aunque ya se empiece a notar el paso del tiempo sigue siendo uno de los monovolúmenes de siete plazas más atractivos del mercado, gracias a un diseño que en su día fue vanguardista y a unas proporciones bien diseñadas. La zona más llamativa es la delantera, con sus característicos faros en forma de boomerang, que se comunican con las ópticas de los antiniebla a través de una zona en un acabado de negro piano. Sus dimensiones son 4,66 metros de largo, 1,92 metros de ancho y 1,68 metros de alto. La distancia entre ejes es de 2,76 metros. La vista lateral nos muestra como la delantera se funde con una muy inclinada luna, que en nuestro caso era panorámica. Según nos acercamos a la zona trasera las formas son más cuadradas para maximizar su espacio interior, pero en parte están estilizadas gracias a la nervadura ascendente que recorre la zona baja de las puertas y a la gran superficie acristalada que toma la misma tendencia. Ya en la zaga nos topamos con unos pilotos que cuentan con tecnología LED, y que se unen por medio de una gruesa tira cromada sobre la que descansa el logo de la marca. El portón es de gran tamaño, y la boca de carga queda a una altura baja que facilita las labores de carga y descarga de nuestro equipaje. Los guiños a la versión Turbo de 200 CV los encontramos en esa misma palabra escrita en letras rojas en el portón, en la doble salida de escape cromada y en las llantas de aleación específicas que en nuestra unidad de pruebas eran unas atractivas multirradio de 19 pulgadas con neumáticos 235/40 pertenecientes al catálogo de extras. Habitáculo Como podréis imaginar, el habitáculo es el verdadero protagonista de este Zafira, que se ofrece en nuestro mercado en versiones de cinco y siete plazas. Nosotros hemos podido probar la de siete, cuyas dos últimas plazas permanecen perfectamente ocultas bajo el suelo del maletero mientras no necesitemos usarlas. En líneas generales estamos ante un habitáculo agradable y de calidad, aunque al igual que pasa con el exterior, su diseño ya deja ver el paso de los años. Está construido con materiales que en su mayoría resultan agradables al tacto, aunque haya zonas como el salpicadero que tiene uniones de plásticos con mal acabado. Otros puntos a mejorar son los mandos de los asientos eléctricos, que solo se manipulan con comodidad con la puerta abierta por la falta de espacio entre ésta y el propio asiento o el excesivo número de botones que plagan la consola central y que la marca ya ha modificado en otros modelos más modernos. El puesto de conducción es bueno, ligeramente elevado con respecto a una berlina, lo que supone una buena visibilidad y sensación de control de una carrocería de estas dimensiones. La instalación del parabrisas panorámico amplia la luminosidad en el habitáculo, aunque como pega cabe destacar que cuando está cerrado los parasoles dejan bastante hueco hasta el pilar por donde entra el sol y los botones de las luces de cortesía quedan demasiado retrasados. Entre los dos asientos delanteros encontramos lo que Opel llama FlexConsole, que consiste en unas barras sobre las que se desplazan el reposabrazos y los posavasos, y que retirando ambos se da paso a un amplio hueco donde guardar objetos de gran tamaño. El resto del habitáculo también está plagado de huecos estratégicamente colocados que resultan realmente útiles. El sistema multimedia y de navegación Navi950 no es muy intuitivo al manejarlo y los menús tienen un diseño mejorable, pero es muy completo y una vez habituados a su uso le podremos sacar un gran partido. La segunda fila de asientos dispone de tres asientos independientes, donde el central puede plegarse para convertirse en un reposabrazos de gran tamaño. Esta posibilidad recibe el nombre de Lounge Seating, y también permite desplazar longitudinalmente los asientos  para que el espacio de las rodillas se amplíe notablemente. Estas plazas son el escenario ideal para disfrutar del techo solar panorámico, disponen de luces de cortesía y salidas independientes del climatizador ubicadas en el pilar B. La tercera fila de asientos es poco adecuada para acomodar adultos más allá de pequeños trayectos urbanos, aunque sí lo es para niños. Su configuración hace que lo asientos sean más incómodos y de menos tamaño que el resto, y su peor cota es la del espacio destinado a las rodillas, que es insuficiente a menos que decidamos mover la segunda fila y trasladar allí el mismo problema. Estos asientos se pliegan y esconden de una forma rápida y cómoda. El maletero con las siete plazas disponibles se tiene que conformar con unos escasos 152 litros de espacio, aunque esa cifra se multiplica cuando lo transformamos en cinco plazas, ofreciendo un espacio amplio y enrasado con la boca de carga. Con esta configuración podremos colocar una red que cubre nuestro equipaje que hasta ese momento puede permanecer oculta en un espacio destinado al efecto. Mecánica El Opel Zafira Tourer Turbo se desplaza gracias a un propulsor de 1,6 litros, cuatro cilindros en línea e inyección directa que rinde una potencia de 200 CV a 5.500 RPM y un Par de 300 Nm entre las 1.700 y las 4.700 RPM. Es un motor suave y silencioso que se vale de la tecnología start&stop para reducir sus consumos en conducción urbana. Este motor mueve los casi 1.700 Kg que pesa el Tourer hasta los 100 Km/h en tan solo 8,8 segundos, y le permite alcanzar una velocidad máxima de 220 Km/h. Todo ello con un consumo medio en ciclo combinado de 6,8 litros a los 100. Con este motor únicamente es posible asociar una caja de cambios manual de seis velocidades que destaca por unos recorridos precisos y bien definidos que permite realizar las transiciones con bastante rapidez. La suspensión es independiente de tipo McPherson en el eje delantero, siendo el trasero un eje de torsión con timonería de Watt. Este sistema incluye dos barras situadas a diferentes alturas, que sirven para mejorar la estabilidad lateral y evitar que el movimiento de una de las ruedas influya sobre la adherencia de la opuesta. Con este sistema se obtienen las ventajas �??no todas- de una suspensión independiente, pero con un ahorro de espacio que en este caso viene muy bien para ser usado en la ocultación de la tercera fila de asientos. El comportamiento deportivo que un propulsor de la potencia de este Zafira se puede regular por medio del sistema FlexRide, que modifica la respuesta del acelerador, la dirección y la suspensión a escoger entre tres modos diferentes de conducción a escoger entre Sport, Normal y Tour ordenados de más a menos deportivo. Esto se controla desde varios botones situados en la consola principal. En la segunda parte de la prueba veremos cómo se comportan todos estos elementos cuando los ponemos a prueba en todas las situaciones de conducción, y cuáles son los consumos que podemos esperar de este potente propulsor de 1,6 litros. No faltará el repaso por su listado de precios, equipamientos y descuentos con que el Zafira se comercializa en nuestro país. Enlace: segunda parte de la prueba (equipamiento, comportamiento, conclusión)