Así es como Ford quiere igualar los precios de sus coches eléctricos baratos con los chinos

Ford se prepara para librar una batalla en el mercado del coche eléctrico con una estrategia que promete revolucionar su enfoque hacia la electrificación. La compañía estadounidense ha puesto en marcha un proyecto que busca igualar los costes de producción de los fabricantes chinos, quienes actualmente dominan el segmento de vehículos eléctricos asequibles.

El corazón de esta iniciativa reside en una nueva plataforma eléctrica de bajo coste, desarrollada por el equipo Skunk Works de Ford, oficialmente conocido como Programa de Vehículos Eléctricos Avanzados. Este grupo especializado, que comenzó como un pequeño equipo en California a principios de 2024, ha experimentado un crecimiento exponencial hasta alcanzar los 500 empleados distribuidos en tres ubicaciones diferentes. La dirección del proyecto recae en Alan Clarke, exingeniero de Tesla, quien lidera un equipo formado por talento proveniente de empresas punteras como Tesla, Rivian, Lucid e incluso Apple.
La versatilidad constituye uno de los aspectos más destacados de esta plataforma. Según Lisa Drake, vicepresidenta de Programas de Plataforma Tecnológica y Sistemas de Vehículos Eléctricos de Ford, la arquitectura será capaz de sustentar hasta ocho tipos de carrocería diferentes, incluyendo todocaminos, camionetas e incluso berlinas. Esta flexibilidad permitirá a Ford diversificar su oferta eléctrica de manera significativa durante la próxima década.

El primer modelo en estrenar esta plataforma será una pick-up eléctrica de tamaño mediano que llegará al mercado en 2027. Los rumores apuntan a que podría tratarse de una versión eléctrica del Ford Ranger, dado que es el único vehículo de tamaño mediano de este tipo en la gama actual de la marca. Ford ha prometido que este vehículo ofrecerá «más por el dinero invertido», proporcionando mayor autonomía, utilidad y facilidad de uso.
La estrategia de Ford no se limita únicamente a igualar los precios de las baterías chinas.

La compañía pretende competir en términos de coste total del sistema, abarcando desde el chasis y los sistemas térmicos hasta los inversores y la electrónica. Para lograr este objetivo, Ford utilizará baterías prismáticas de fosfato de hierro y litio (LFP) desarrolladas en colaboración con CATL, el gigante chino de baterías, aunque la producción se realizará en Estados Unidos mediante una inversión de 3.500 millones de euros en una nueva planta en Michigan.

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