Bentley ha confirmado los primeros detalles de su esperado SUV eléctrico. Sin embargo, este paso hacia la electrificación llega con un giro inesperado: la marca británica no solo retrasa el fin de sus motores de combustión (pese a lo eufórica que se mostraba inicialmente con la electrificación de su catálogo), sino que también prepara nuevos lanzamientos con mecánicas puramente de combustión.
El nuevo coche, conocido internamente como «Luxury Urban SUV», debutará a finales de 2026 y llegará a los concesionarios en 2027. Con una longitud inferior a los cinco metros, se posiciona por debajo del Bentayga, apostando por un perfil deportivo con una marcada caída del techo y una superficie acristalada reducida. Su diseño, que prioriza el estilo sobre la capacidad de carga, se inspira claramente en el prototipo EXP15.
A nivel técnico, Bentley promete una capacidad de carga «líder en la industria», capaz de añadir 161 km de autonomía en solo siete minutos. Se espera que comparta su plataforma y una batería de 108 kWh con el Porsche Cayenne eléctrico, pudiendo adoptar las motorizaciones más potentes de este, que alcanzan los 805 CV de potencia.
Este lanzamiento se enmarca en una redefinición de la estrategia «Beyond100+». La firma, que inicialmente planeaba ser 100% eléctrica en 2030, ahora ha extendido ese plazo «al menos» hasta 2035. El CEO, Frank-Steffen Walliser, confirmó que seguirán ofreciendo a los clientes una amplia elección de sistemas de propulsión para satisfacer la demanda del mercado.
Como prueba de ello, Bentley está desarrollando un nuevo modelo de combustión sin hibridación. Se trata del Continental GT Supersports, una versión radical aligerada, con tracción trasera y un motor V8 biturbo que rondará los 640 CV. Este se suma al recién revelado Bentayga Speed, que extrae 650 CV de un V8 también sin asistencia eléctrica.
