Cinco cosas que quizá no conozcas del Nissan Skyline

Con la guerra de marcas que ha iniciado el Nissan GT-R en los circuitos, el ‘heredero’ del legado Skyline está más presente que nunca entre nosotros. Bien es cierto que no ha sido el único factor que le ha hecho ganar protagonismo, su aparición en algunas de las películas más exitosas relacionadas con los coches (ya sabes… A todo gas) también han propiciado un creciente interés por esta saga y la revaloración de algunas de sus generaciones.

Por ello, hoy vamos a elaborar un pequeño listado donde vamos a dar a concoer algunos aspectos curiosos respecto a la saga del Skyline que quizá no conozcas. Con siete generaciones a sus espaldas, durante décadas es un modelo que ha cosechado numerosas anécdotas y muy en especial, nos vamos a centrar en sus variantes de altas prestaciones (Gran Turismo Racer).

1. No todos los Skyline son GT-R

 

Erróneamente, muchos asocian la palabra Skyline a GT-R, pero no necesariamente han de ir de la mano. De hecho, inicialmente el Skyline era un modelo concebido como un coche en carrocería sedán y familiar (Skyline ALSI-1) y cuya producción inicial corría a cargo de Prince Motor (compañía que fabricó las primeras generaciones del Skyline de 1955 a 1966, momento en el que la absorvió Nissan). Curiosamente, fue creada en 1952 por la compañía de coches eléctricos Tama, quien, en horno al emperador de Japón, se optó por cambiar el nombre y dedicarse a la fabricación de coches a gasolina en lugar de eléctricos.

Para ello, emplearon un propulsor diseñado por la empresa «Fuji Precision Industries», y finalmente, en 1954 acabaron fusionados con ellos, hasta que finalmente, en el año 1966, el gobierno japonés recomendó a algunas compañías grandes fusionarse para poder ser más competitivas en el extranjero. Como resultado, Nissan se fusionó con Prince para finalmente comercializar sus modelos como Nissan o Datsun, pero Toyota también hizo lo propio con Hino y Daihatsu.

2. Tres generaciones con el mismo propulsor: el RB26DETT

Cinco cosas que quizá no conozcas del Nissan Skyline

Tomei te ofrece varias stages de RB26DETT forjados capaces de alcanzar potencias muy serias, igual que para otros motores de Nissan como el SR20. Eso sí, la calidad se paga y no son nada baratos.

El propulsor RB26DETT ha sido sin lugar a dudas el más conocido sobre la saga Skyline. Sobre la base del RB de seis cilindros en línea, el número 26 hace referencia su cilindrada, mientras que la D hace referencia a que cuenta con dos árboles de levas, E a inyección electrónica y finalmente, el TT que hace referencia a Twin Turbo (doble turbo funcionando en paralelo). Uno de los turbos se encarga de los tres primeros cilindros delanteros, mientras que el segundo se encarga de los tres traseros.

Esta variante del RB estaba principalmente destinada a los GT-R, estando disponible en las generaciones R32, R33 y R34 y manteniéndose con casi las mismas especificaciones (especialmente entre el R32 y R33 que cambiaban unos conectores). De serie, la primera evolución entregaba 280 CV a 6800 RPM y 353 Nm de par a 4.400 RPM. Por su parte, la última serie, contaba también con 280 CV a 6.800 RPM, pero entregaba 392 Nm de par a 4.400 RPM. En cualquier caso, estas eran las cifras homologadas, porque luego en banco era fácil que dieran 320 CV, algo que ya indica lo capado que está de serie y el potencial que tiene. No hay más que ver todo tipo de preparaciones existentes de una potencia considerable ya no sólo sobre la base del RB26DETT, sino sobre los RB20 y RB25 sobrealimentados. El límite de  aftermarket para esta familia de motores lo pone tu bolsillo.

3. Un modelo con mucha historia: desde el año 1957

Cinco cosas que quizá no conozcas del Nissan Skyline

El primer Skyline que aterrizó en el año 1957bajo el código de ALSI-1 estaba dotado del propulsor GA30 de cuatro cilindros en línea y 1.5 litros con una potencia de 60 CV a 4.000 RPM capaz de alcanzar los 120 km/h de velocidad máxima.El ALSI-2 era una evolución del primero, que arrancó en 1958 y estuvo presente hasta el año 1963, empleando ahora un propulsor de 1.5 litros GA4 con 70 CV y mostrando algunas diferencias estéticas en su capó (el emblema, para más señas), además de una calandra rediseñada y bifaro delantero.

4. Los primeros Skyline GT-R datan de 1969

Cinco cosas que quizá no conozcas del Nissan Skyline

Haciendo referencia a la polémica de la que hablábamos al principio del artículo, muchos también tienden a pensar erróneamente cuando se comparan con el Porsche 911 que la historia del GT-R se remonta a poco más de una década. Nada más lejos de la realidad.

Febrero de 1969, aparece el primer Skyline GT-R bajo una carrocería sedán. Con el código PGC-10, empleaba un propulsor de 2 litros S20 con una potencia de 160 CV y seis cilindros en línea. Derivaba del GR8 empleado en el Nissan R380 de carreras y ciertamente poco tenía que envidiar en potencia y prestaciones al 911 de la época.

En marzo de 1971 aterrízo la variante coupé de dos puertas con el código KPGC-10. Esta generación del GT-R, junto con la R34 son sin duda las más buscadas y cotizadas en el mercado de segunda mano.

5. Amplio palmarés en competición

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El R32 GT-R  en el año 1989 supuso un punto y aparte en la historia de los GT-R. ¿El principal motivo? El R31 GTS-R pensado para competir en diferentes campeonatos de turismos a nivel mundial, fue abatido por los Sierra RS500.

Construido de acuerdo a las especificaciones de la competición Grupo A de Japón y homologado para calle a fin de poder cumplir con la normativa que exigía de dichas unidades matriculados, el R32 GT-R no tardó mucho en recibir el sobrenombre de ‘Godzilla’. En competición cosechó éxitos allá por donde pasó entre 1989 y 1993, incluso pese a que no se comercializó en Europa, llegó a competir en el Campeonato de Turismos de España (CET) de principios de los 90 con Luis Pérez-Sala a los mandos.

El motor (RB26DETT) también estaba diseñado de acuerdo a estas especificaciones, y es capaz entregar hasta 550 CV con los internals de serie. El empleo del sistema de tracción ATTESA-ETS bastante avanzado a nivel tecnológico para la época y similar al empleado en el Porsche 959 capaz de variar su distribución desde el 0:100 (propulsión trasera) hasta un 50:50 lo hacían un sistema tremendamente atractivo y efectivo. La variante V-Spec mejoraba aún más el sistema de tracción e introducía una suspensión más dura.

 

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