El CEO de Mercedes da la voz de alarma: si se prohíben los coches de combustión en 2035, la industria del automóvil podría colapsar

La industria automovilística europea se encuentra en una encrucijada mientras se acerca la fecha límite de 2035 para la prohibición de vehículos de combustión. En el centro de este debate se sitúa Ola Källenius, director general de Mercedes-Benz y actual presidente de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), quien ha lanzado una advertencia contundente sobre las consecuencias de mantener esta medida sin ajustes.

Las declaraciones del ejecutivo al periódico económico alemán Handelsblatt no dejan lugar a dudas: «Necesitamos una dosis de realidad. De lo contrario, nos estrellamos contra la pared». Algo que no deja de ser curioso teniendo en cuenta que Mercedes es una marca que está apostando fuerte por la electrificación.

La postura de Källenius no es una oposición beligerante hacia el coche eléctrico, sino más bien una llamada a la prudencia. Mientras Mercedes prepara el debut de su nuevo GLC eléctrico en el próximo Salón del Automóvil de Múnich, con prestaciones que prometen rivalizar con los mejores SUV del mercado, el directivo aboga por una transición «tecnológicamente neutral» que permita mayor flexibilidad en el proceso de descarbonización. Estas declaraciones llegan justo en el momento en el que nos encontramos a las puertas de la revisión de la prohibición de 2035, donde se decidirá si se mantiene sin cambios o en su lugar optarán por flexibilizarla.

El ejemplo más ilustrativo de esta filosofía lo encontramos en el nuevo CLA, que Mercedes comercializará tanto en versión completamente eléctrica con casi 800 kilómetros de autonomía, como en variantes microhíbridas con sistemas de 48 voltios.

La revisión programada para la segunda mitad de 2025 será crucial para determinar el futuro de esta política. Como reconoce el propio Källenius, la descarbonización resulta innegociable, pero debe ejecutarse sin sacrificar la estabilidad económica del sector. La clave parece residir en encontrar el equilibrio perfecto entre ambición medioambiental y realismo industrial, algo que definirá el futuro de la movilidad europea en los próximos años.

También podría interesarte

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí