La marca de Stuttgart ha decidido no guardar secretos sobre la expansión de su familia más icónica y ha confirmado que el desarrollo del nuevo Mercedes-Benz Clase G Cabrio ya es una realidad palpable en las carreteras. Lejos de ser un simple ejercicio de diseño, los ingenieros de la firma alemana han iniciado una exhaustiva fase de pruebas dinámicas tanto en asfalto como en pistas off-road en territorio austriaco, buscando afinar el comportamiento de este modelo antes de su lanzamiento. Esta nueva variante llega para recuperar el espíritu lúdico y exclusivo de sus antecesores, aunque con una configuración de carrocería que promete romper esquemas dentro de la saga.
Aunque la unidad avistada circula todavía bajo una densa decoración de camuflaje en blanco y negro, las líneas maestras del vehículo dejan al descubierto cambios sustanciales respecto a generaciones pasadas. Lo más llamativo de las imágenes facilitadas es la presencia de una carrocería con cuatro puertas laterales, rompiendo con la tradición de los antiguos Clase G descapotables de dos puertas o las exclusivas versiones Landaulet. El conjunto se remata con un techo de lona retráctil y mantiene el ADN estético de la gama, incluyendo las características molduras laterales horizontales que recorren el coche desde el capó hasta la zaga y unos pasos de rueda idénticos en ambos ejes.

En la retaguardia, el diseño respeta la funcionalidad clásica del todoterreno, ubicando la inconfundible rueda de repuesto en el lado izquierdo del portón, cuya manija negra indica una apertura hacia la derecha. La firma lumínica posterior apuesta por pilotos rectangulares con esquinas redondeadas, situados sobre un paragolpes oscuro que se funde con los pasos de rueda, mientras que una tercera luz de freno se posiciona justo encima del neumático de repuesto.
Cabe recordar que el Clase G convencional actualmente a la venta presenta una longitud de 4,87 metros y ofrece un abanico mecánico de primer nivel. La gama vigente incluye opciones con hibridación ligera que alcanzan los 585 CV en las versiones firmadas por AMG, así como una variante totalmente eléctrica con cuatro motores que entrega una potencia de 587 CV. La marca no ha oficializado qué propulsores animarán a este descapotable.

El programa de validación no terminará en Austria; una vez recopilados los datos preliminares, el equipo de desarrollo trasladará los prototipos a Suecia. Allí, el coche se someterá a temperaturas heladas y paisajes nevados para garantizar que la fiabilidad, la robustez y la dinámica de conducción cumplan con los exigentes estándares de la estrella. Por ahora, Mercedes-Benz califica este proyecto como una futura «edición especial» y promete revelar más detalles técnicos próximamente.





