El nuevo CLA 220 híbrido combina la estética de sus hermanos eléctricos con una mecánica térmica desarrollada y fabricada en China, buscando la máxima eficiencia técnica sin renunciar al carácter premium y dinámico propio de la marca.
Pero sin embargo, bajo el capó se esconde la gran novedad técnica que muchos desconocen: el bloque gasolina M252 de 1,5 litros y cuatro cilindros con turbocompresor. Aunque lleva el sello de Stuttgart, este propulsor ha sido codesarrollado con el gigante asiático Geely y se fabrica en China antes de su integración final en el vehículo. Emplea el ciclo Miller con una alta relación de compresión de 12:1 y cuenta con un colector de escape integrado y revestimiento Nanoslide en los cilindros para reducir la fricción. Mercedes ha definido la arquitectura y los estándares de diseño, pero la ejecución industrial y parte de la ingeniería provienen de su socio.

El sistema de propulsión cobra vida gracias a una hibridación de 48 voltios muy capaz. Integra un motor eléctrico de 30 CV y 200 Nm dentro de la transmisión de doble embrague de ocho velocidades, alimentado por una batería compacta de 1,3 kWh. Esta configuración permite al coche rodar en modo eléctrico puro si la demanda de potencia es inferior a 27 CV y realizar la conducción «a vela» a velocidades de hasta 97 km/h. El conjunto entrega una potencia combinada de 208 CV y un par máximo de 380 Nm, cifras que permiten mover sus 1.630 kg de 0 a 96 km/h en unos respetables 7,1 segundos, alcanzando una velocidad punta limitada electrónicamente de 210 km/h.
Para garantizar un mayor confort, la marca ha reforzado el aislamiento acústico con materiales absorbentes en los pilares A y el suelo, además de añadir una partición de doble capa en el vano motor. En el habitáculo, destaca la opción de la configuración MBUX Superscreen, que une un cuadro de 10,25 pulgadas con dos pantallas de 14 pulgadas para infoentretenimiento y pasajero, gestionadas por el nuevo sistema operativo MB.OS.





