El nuevo Mercedes-Benz CLA está rompiendo todas las previsiones de la marca. Apenas tres meses después de su lanzamiento, la demanda ha superado las previsiones más optimistas, obligando a la marca a tomar medidas drásticas para satisfacer a los clientes. La planta de Rastatt, en Alemania, implementará un tercer turno de producción para funcionar de manera casi ininterrumpida, una decisión impulsada por el enorme volumen de pedidos recibidos desde abril, especialmente para la versión eléctrica. Este éxito inicial es aún más notable considerando que las variantes con motor de combustión, que se espera sean muy populares, aún no han llegado al mercado.
La clave de este modelo reside en su plataforma modular MMA, una arquitectura diseñada principalmente para coches eléctricos pero con la flexibilidad de integrar también motores de combustión. Esta estrategia multienergía permite a Mercedes cubrir todas las bases mientras el mercado transita hacia la electrificación. Actualmente, la planta de Untertürkheim ensambla unos 200 sistemas de propulsión eléctricos al día, lo que se traduce en una capacidad anual inicial de unos 50.000 coches, aunque la fábrica está diseñada para producir «cientos de miles» de unidades. A pesar de los desafíos logísticos globales, Mercedes ha asegurado el suministro de componentes críticos, como las tierras raras.
La gama eléctrica es la punta de lanza tecnológica. El CLA 250+ ofrece 268 CV (200 kW) con un motor trasero, mientras que el CLA 350 4MATIC eleva la potencia del motor hasta los 349 CV (260 kW) con un sistema de tracción total de dos motores. Ambos modelos emplean una batería de 85 kWh y, por primera vez en un Mercedes, una arquitectura de 800 voltios que permite cargas ultrarrápidas de hasta 320 kW. Esta eficiencia se traduce en una impresionante autonomía WLTP que puede alcanzar los 792 kilómetros. Para quienes prefieran la combustión, se ofrecerá un motor de gasolina de 1.5 litros turboalimentado con un sistema de hibridación ligera de 48 voltios.
El éxito, sin embargo, trae consigo un inconveniente: las largas listas de espera. Algunos clientes que realizaron su pedido en abril podrían no recibir su coche hasta 2026. La familia crecerá pronto, con la producción de la variante CLA Shooting Brake prevista para finales de año, que también estará disponible con ambas opciones de propulsión y cuyos precios, según rumores, podrían partir de unos 71.000 euros. Además, se está trabajando en una versión de batalla larga exclusiva para el mercado chino, aunque su lanzamiento se ha pospuesto a la segunda mitad de 2025.