Hay frases que se quedan grabadas en la memoria colectiva, y en España pocas suenan tan fuerte en el mundo del rally como aquel “¡Trata de arrancarlo, Carlos!” del RAC de 1998, cuando el Toyota Corolla de Sainz y Moya dijo basta a metros de la gloria mundialista. Partiendo de esa imagen icónica (y del Corolla E110 que dio vida al WRC de finales de los 90), JP Performance ha cocinado un restomod a contracorriente: la silueta noventera de un Corolla sobre la base completa de un GR Yaris moderno.
El resultado, bautizado con mucho acierto como “Yarolla”, no es un simple ejercicio estético: es un injerto integral de chasis, transmisión e interior del GR Yaris actualizado, con su salpicadero de inspiración rally y consola central de líneas marcadas, camuflados bajo una carrocería transformada con paragolpes más profundos, pasos de rueda ensanchados, splitter, un alerón de tamaño considerable y futuras llantas Compomotive en blanco. La integración no ha sido plug & play: pese a lo que pudiera parecer, la batalla del Corolla E110 (2.461 mm) es ligeramente más corta que la del GR Yaris (2.560 mm), y además el Corolla es significativamente más ancho, de modo que hubo que adaptar medidas y puntos de anclaje para que la carrocería quedase bien asentada sobre la plataforma TNGA del Yaris.
Bajo el capó no hay trucos: encontramos el tres cilindros turbo de 1,6 litros del GR, con 305 CV y 400 Nm en especificación actual, gestionados por un cambio manual de seis velocidades y la tracción total GR-Four heredada del mundo de los tramos. Es una cifra que encaja de lleno con la que movía al Corolla WRC de la era Sainz/Auriol (unos 300 CV), pero con el extra de un bastidor mucho más rígido, suspensión puesta a punto por GR y frenos mayores que prometen un comportamiento muy por encima del compacto noventero de serie. Por dentro, el contraste es muy interesante: aspecto de coche de rally de 1998 por fuera, ergonomía y mandos de un GR Yaris recién puesto al día por dentro.
El proyecto aún no está cerrado y JP Performance ya ha anunciado sus siguientes pasos: suspensión KW V4 Clubsport para bajar y afilar el conjunto, un kit de intercooler y un escape Milltek, además de las citadas Compomotive. La guinda puede ser la homologación: el equipo trabaja para obtener la certificación TÜV como one-off, con la idea de matricularlo legalmente en Alemania y circular por carretera como pieza única. En sus vídeos, incluso hacen un llamamiento a ingenieros del TÜV para evaluar la calidad del injerto, convencidos de que la integración entre el monocasco del Yaris y la carrocería del Corolla está a la altura.
