Prueba Mercedes-AMG GT S: 522 CV con sensaciones muy excitantes

Uno de los deportivos más puros y estéticamente llamativos de la gama de Mercedes es el Mercedes-AMG GT y nosotros hemos podido probar durante un breve periodo de tiempo el GT S de 522 CV, que se sitúa un peldaño por encima del GT de 476 CV y por debajo del Mercedes-AMG GT R con sus 585 CV.

En ambos casos, todos están unidos por un mismo nexo: el V8 biturbo de 4 litros con engrase por cárter seco (permitiendo bajar el motor y por ende, el centro de gravedad) y un sistema de escape variable que nos permite modular el sonido. Dependiendo de la versión, podremos encontrarlo en diferentes potencias que van desde los 476 hasta los 585 CV. En nuestro caso concreto, la potencia es de 522 CV a 6.250 vueltas y un par máximo de 670 Nm entre las 1.800 y 5.000 vueltas. El cambio es un SPEEDSHIFT DCT AMG de 7 marchas que sorprende por su eficacia y rapidez, y que además, cuenta con un modo de navegación a vela donde en caso de levantar el pedal del acelerador entre 60 y 160 km/h, nos permitirá seguir avanzando con el motor a ralentí, redundando positivamente en su consumo medio.

Prueba Mercedes-AMG GT S: 522 CV con sensaciones muy excitantes

Nuestra unidad en concreto va dotada del paquete AMG DYNAMIC PLUS, que suma una suspensión más firme, un ajuste específico de la dirección con desmultiplicación específica, ajustes deportivos en el motor y soportes de motor y transmisión ‘dinámicos’ que son hidráulicos con un fluido magnético. El encargado de poner freno al vehículo es un equipo de frenos perforados con pinzas delanteras de seis pistones en el eje delantero y cuatro pistones en el trasero, pudiendo además complementarse con la opción de discos carbocerámicos, que en nuestro caso no portaba.

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Cuando nos subimos y procedemos a ponerlo en marcha, uno de los primeros elementos que veremos en su habitáculo y que no pasarán desapercibidos es el mando de la consola junto a la palanca de cambios que nos permite seleccionar los modos de conducción, donde se aplican diversos ajustes en muchos elementos tanto de la electrónica como del chasis para variar de manera considerable su comportamiento. Por otra parte, nos sentimos que estamos en un verdadero deportivo, con una postura de conducción difícil de mejorar, donde circulamos a una altura reducida y donde los asientos de tipo bacquet recogen nuestro cuerpo de manera más que correcta. Otro detalle que particularmente nos ha encantado ha sido el volante AMG Performance tapizado en microfibra DINAMICA que permite mejorar el agarre y control, aunque cierto es que es más difícil mantenerlo en óptimas condiciones.

Cuando lo ponemos en marcha y escuchamos su escape, aún en sus modos más civilizados, volvemos a tener muy presente que estamos ante un deportivo muy especial.

Los modos en cuestión entre los que nos permite cambiar el AMG DYNAMIC SELECT son los siguientes:  C (Controlled Efficiency), S (Sport) S+ (Sport plus), RACE e I (Individual). Este último es el que nos permite de manera individual por cada una de las áreas que modifica, seleccionar el ajuste que más nos guste y de esta forma, poder hacernos un modo a la carta.

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Pero huelga decir, que una vez arrancado y cuando empezamos a tratar de jugar con él, es una auténtica bestia con independencia del modo que escojas, aunque evidentemente, donde más se hace patente, es en los más radicales como RACE, que están fundamentalmente enfocado a su uso en circuito. Su capacidad de aceleración es abrumadora en prácticamente todo el rango, y aún con los controles puestos, podemos sentir cómo su zaga se siente bastante viva a la hora de acelerar con decisión, por lo que es recomendable que tengamos cierto tacto con el pedal, especialmente, cuando circulamos en los modos más enfocados a la conducción deportiva.

En resumen, se trata de un excelente rival a la altura del Porsche 911 o Audi R8, lleno de carácter y rabia en el cual han sabido lograr un buen equilibrio para hacerlo un coche utilizable a diario por características como su maletero de 350 litros de capacidad con un portón de amplia apertura y por las dos caras que muestra en función del uso que le vayamos a dar. Está ligeramente por debajo en eficacia frente a un 911 Turbo o un R8, sin embargo, en diversión no podemos decir lo mismo, porque es ahí donde más podemos volcar toda la euforia que nos ha generado el conjunto a la hora de tratar de ponerlo contra las cuerdas.

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