Honda ha decidido agitar el segmento de los coches urbanos para 2026 con una doble ofensiva que combina la nostalgia mecánica con la innovación eléctrica. Por un lado, la firma japonesa prepara el terreno para el Super-ONE (denominado Super-N en el mercado británico), un sucesor espiritual del Honda e. Por otro, la marca se niega a dejar morir la combustión tradicional y actualiza el N-One con una puesta al día tecnológica y una edición especial, manteniendo viva la llama del purismo en su versión RS.
La gran novedad eléctrica, el Super-ONE, se construye sobre la arquitectura N-One e: y busca diferenciarse mediante una experiencia de conducción que simula el carácter de un coche térmico. Aunque no se han publicado datos de potencia, este modelo incorpora una transmisión simulada de siete velocidades y un sistema de control de sonido activo que imita el rugido de un motor potente. Estas características, junto con cambios de marcha virtuales, cobran vida cuando se activa el modo Boost, ofreciendo una alternativa emocional en un segmento habitualmente pragmático. Su diseño exterior refuerza esta intención con pasos de rueda ensanchados y un alerón trasero que recuerdan a preparaciones deportivas.
Sin embargo, para los entusiastas que prefieren la mecánica real a la simulada, el renovado N-One RS de 2026 se presenta como una joya analógica. Bajo su capó corto de apenas 3,39 metros de largo, conserva el bloque tricilíndrico turboalimentado de 660 cc que entrega 64 CV, enviando su potencia al eje delantero. Lo verdaderamente singular de esta versión es que sigue siendo la única de la gama asociada a una caja de cambios manual de seis velocidades, un elemento en peligro de extinción que permite exprimir al máximo las capacidades de este pequeño chasis.
La estética del RS rinde un claro homenaje a la herencia de competición de la marca, luciendo llantas de aleación blancas de 15 pulgadas que evocan el espíritu del Civic Type R y una parrilla de nido de abeja. En el interior, la atmósfera racing se consigue mediante tapicería de Ultrasuede con costuras rojas y molduras símil carbono. Además, toda la gama N-One 2026 se beneficia de una actualización tecnológica que sustituye los relojes analógicos por una instrumentación digital de 7 pulgadas (con medidor de fuerzas G en el RS) y añade un volante de dos radios de corte más moderno junto a sensores de aparcamiento delanteros.
Para quienes buscan un escalón menos de deportividad, la nueva edición especial Craft Style apuesta por una estética inspirada en la visión escandinava, con detalles cromados, retrovisores blancos y un interior cálido que combina texturas de madera con tapicería en tonos topo. En cuanto a precios, el mercado japonés sitúa el N-One RS manual como tope de gama en unos 12.550 euros al cambio, mientras que la versión Craft Style rondaría los 10.400 euros.
