El diseñador japonés que convirtió la idea del Miata en un icono global ha fallecido en septiembre de 2025 a los 77 años. La comunidad Miata Reunion confirmó la noticia con el hospital de San Francisco. Su legado se mide en millones de sonrisas al volante y en el deportivo más vendido de la historia.
Matano lideró desde 1983 el primer estudio de diseño de Mazda en EE. UU. y allí transformó una visión en realidad: el Mazda MX-5. Condujo el diseño de producción del original y, poco después, marcó el tono del RX-7 de tercera generación (FD), un coupé para muchos inolvidable por su pureza de líneas. Tras aquellos éxitos, ascendió para coordinar I+D en Mazda Norteamérica y, más tarde, todos los estudios globales de la marca.
El Miata nació de una competición interna con tres vías muy distintas: en Tokio se planteó un descapotable de tracción delantera y un pequeño motor central; en Irvine, el equipo de Matano miró a los roadsters clásicos y propuso el Duo 101, esencialmente la receta de un Lotus Elan con la practicidad de un MGB. Venció esa propuesta y Japón asumió la ingeniería. El resultado debutó en Chicago en 1989 con faros escamoteables y una silueta amable; 36 años y cuatro generaciones después, el MX-5 suma más de 1,2 millones de unidades fabricadas. Matano incluso exploró un Miata cupé con más rigidez y maletero: su forma de puerta anticipó la del chasis NB que llegaría después.
En paralelo, el RX-7 FD también se decidió por concurso. Mazda eligió un diseño de Wu-Huang Chin, pero Matano fijó la ambición: una silueta de gran turismo atemporal, digna de lucirse en Pebble Beach. Esa búsqueda de proporción y limpieza estética explica por qué el FD sigue considerado entre los deportivos japoneses más bellos de los 90. Su enfoque era claro: formas duraderas antes que modas pasajeras.
Nacido en Nagasaki en 1947, Matano se graduó en ingeniería en la Universidad de Seikei en 1969. En 1970 cruzó el Pacífico para formarse en el ArtCenter College of Design. Trabajó en GM (Oldsmobile) y pasó siete años en Australia con Holden antes de fichar por BMW en Alemania, donde intervino en los primeros pasos del Serie 3 E36. En 1983 volvió a California para capitanear el estudio de Mazda en Irvine, el lugar donde cristalizó el MX-5.