A partir de verano podremos contar en la gama del BMW Serie 5 con dos renovaciones mecánicas en el ámbito diésel. Concretamente, se trata de los 518d y 520d que llegan con una mayor eficiencia tanto en el gasto de carburante como en el de las emisiones de CO2, pero a su vez, incrementando ligeramente la potencia para introducir una pequeña mejora de prestaciones.
En el caso del 518d, la potencia se incrementa en 7 CV adicionales hasta los 150 CV con un par máximo de 360 nm. Si optamos por la carrocería sedán, el consumo medio 4,3l/100 km. Si optamos por la variante familiar (Touring), el consumo medio mínimo aumenta hasta los 4,6l/100 km. Las emisiones rondan entre los 114 y 132 g/km en función de la carrocería, anchura de neumáticos y diámetro de las llantas. Con estos cambios, realiza ahora el 0-100 km/h en 9,5 segundos, es decir, rebaja dos décimas el registro anterior.
Ligera mejora en los registros
Por su parte, el 520d aumenta su potencia en 6 CV situándose en los 190 CV y un par máximo de 400 Nm. El 520d está también disponible con carrocerías sedán y familiar, además de tracción integral xDrive. En opción, puede ir asociado a la caja de cambios automática ZF de ocho velocidades, con la que homologa un consumo medio mínimo de 4,1l/100 km en la variante Sedán y unas emisiones de 109 g/km (cifras, que por cierto, logra con el cambio automático). El 0-100 Km/h en la configuración más idónea de nemáticos y tracción para este último se realiza en 7,9 segundos, mejorando también en dos décimas al anterior.