Múnich ha sido el escenario elegido para algo más que un lanzamiento: el BMW iX3 inaugura la Neue Klasse y marca un punto y aparte en la estrategia eléctrica de la marca. Por primera vez, el nuevo X3 de combustión y este iX3 eléctrico son “gemelos” solo en nombre y tamaño; técnicamente, sus caminos se separan. Y no es un gesto aislado: BMW anuncia que la base tecnológica del iX3 se extenderá a unos 40 modelos entre nuevos desarrollos y actualizaciones, con promesas fuertes en eficiencia, peso y costes.
La plataforma estrena una arquitectura de 800 voltios y un cerebro repartido en cuatro procesadores de alta capacidad que centralizan recarga y sistema de propulsión, dinámica de conducción, infoentretenimiento y asistentes hasta la conducción autónoma. Este salto, con potencia de cálculo 20 veces superior y 600 metros menos de cableado, aligera el sistema un 30% y abre la puerta a funciones futuras basadas en IA. En conducción, la latencia de un milisegundo permite anticipar el reparto de par antes de que el conductor gire el volante, y la frenada regenerativa cubre el 98% de las detenciones habituales, reservando los frenos físicos para casos puntuales. También hay detalles prácticos, como mantener el control de crucero en frenadas suaves o el arranque/parada automática en semáforos.
El iX3 50 xDrive debuta con dos motores, uno por eje, para 469 CV y 645 Nm. Acelera de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos y firma 210 km/h de punta. La eficiencia está en el centro del proyecto: BMW afirma que esta nueva generación reduce pérdidas de energía en torno a un 40% gracias, entre otros elementos, a inversores con carburo de silicio. La batería, con celdas cilíndricas integradas en la estructura, ofrece 108,7 kWh útiles y, según datos pendientes de homologación definitiva, permite entre 678 y 805 km WLTP, con consumos medios comunicados de 15,1 a 17,9 kWh/100 km. La carga promete cifras de referencia: hasta 400 kW, con del 10 al 80% en el mejor de los casos en unos 15 minutos (y en torno a veinte en otros escenarios), además de sumar aproximadamente 350 a 372 km de autonomía en solo diez minutos si las condiciones acompañan.
En lo estético, BMW rescata el espíritu clásico con unos “riñones” verticales, pequeños e iluminados, que sustituyen los cromados por líneas de luz que conectan parrilla y faros. El perfil es limpio y aerodinámico, con manecillas enrasadas, llantas semicerradas y hombros muy marcados que canalizan el aire. Detrás, un difusor y un alerón trabajados ayudan a firmar un Cx de 0,24. Mide 4,782 m de largo, 1,895 de ancho y 1,635 de alto; es incluso un poco más bajo que el X3 de gasolina. De serie monta llantas de 20 pulgadas, con 21 y 22 en opción.
Dentro, el Panoramic iDrive proyecta información a lo largo de la base del parabrisas, acompañado por una pantalla central de 17,9 pulgadas y un volante compacto de cuatro radios. Hay espacio de sobra, un maletero de 520 litros y un pequeño compartimento delantero. También es compatible con Android Auto y Apple CarPlay.
Se fabricará en Hungría y también en China para su mercado local. En Alemania parte de 68.900 euros, con ventas desde septiembre y primeras entregas previstas para marzo de 2026.