El empresario Elon Musk ha confirmado su retirada del gobierno de Donald Trump, un movimiento que resuena con particular intensidad en el panorama político y empresarial. Su salida se formalizó a través de un mensaje en la red social X, donde agradeció al presidente Trump la oportunidad de haber trabajado en la reducción del gasto público, al tiempo que concluía su «tiempo programado como Empleado gubernamental especial». Esta noticia llegó apenas un día después de que Musk expresara públicamente su «decepción» por el ambicioso proyecto fiscal y presupuestario impulsado por el republicano, una iniciativa que, según el magnate, incrementa el déficit y «socava» la labor de eficiencia que él mismo encabezaba.
Musk estuvo al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una entidad creada con el objetivo de disminuir la burocracia y el gasto federal. A pesar de su partida, el empresario manifestó su esperanza de que la misión de DOGE se consolide con el tiempo y se convierta en una práctica habitual en la administración. Sin embargo, su periodo en Washington no estuvo exento de turbulencias. El propio Musk había adelantado su intención de centrarse más en sus empresas, como la aeroespacial SpaceX y el fabricante de coches eléctricos Tesla, especialmente tras una notable caída en los beneficios de esta última y reconocer que había dedicado «demasiado tiempo a la política». Su incursión en la política también generó preocupación entre los inversores y tuvo repercusiones negativas para Tesla, incluyendo una disminución en las ventas de coches y actos de vandalismo contra sus instalaciones y vehículos.
Las críticas de Musk al proyecto de ley fiscal, bautizado por Trump como el «gran y hermoso proyecto de ley», marcaron un claro distanciamiento. El empresario lamentó que esta legislación, en lugar de reducir el déficit presupuestario, lo aumentara, contradiciendo los esfuerzos de su equipo en DOGE. Aunque fuentes de la Casa Blanca indicaron que la salida fue una decisión del propio Musk con el apoyo del presidente, y que la relación seguía siendo amistosa, la sintonía inicial entre ambos pareció haberse enfriado considerablemente. En los últimos tiempos, Musk había manifestado su deseo de estar «súper centrado en X, xAI y Tesla», evidenciando un cambio de prioridades que finalmente ha culminado con su adiós a la esfera gubernamental.
