Porsche ha cerrado oficialmente los pedidos de sus 718 Cayman y Boxster con motor de combustión. No pilla a nadie desprevenido, pero duele. En algunos mercados ya habían desaparecido del configurador y, desde principios de 2024, Europa los perdió por no cumplir con las exigencias de ciberseguridad, un salto normativo que la marca consideró inviable actualizar en esta generación. A partir de ahora, quien quiera estrenar uno tendrá que comprar unidades de stock; las líneas de producción seguirán funcionando para atender los pedidos en curso, y hay informes que apuntan a que podrían prolongarse hasta 2026, aunque Porsche no lo ha confirmado. Que nadie descarte que los últimos en salir se coticen como piezas de coleccionista.
Mientras tanto, el futuro ya tiene nombres y apellidos: Boxster y Cayman seguirán, pero con sistema de propulsión 100% eléctrico. Su llegada, inicialmente prevista antes, se ha pospuesto a 2026-2027 por retrasos de software y por lo que supuso la quiebra de Northvolt en el suministro de baterías. Porsche no ha desvelado aún quién será su nuevo proveedor, pero sí perfila una receta interesante: una plataforma específica que coloca el paquete de baterías tras los asientos, justo donde iría el motor en un biplaza de “central”. Esa solución permite bajar la carrocería y clavar un reparto de pesos de libro, dos condiciones básicas para que el tacto siga siendo marca de la casa.
Bajo la piel, beberán de la arquitectura PPE de Macan y Cayenne, con red de 800 voltios. Traducido: cargas de muy alta potencia y pausas cortas. Como referencia, hoy Porsche ya mueve cifras de 270 kW y 21 minutos del 10 al 80% en el Macan, 320 kW y 18 minutos en el Taycan, y hasta 400 kW y 15 minutos en el Cayenne; no sería descabellado esperar algo en esa órbita en los 718 eléctricos. También se barajan versiones de un motor y tracción trasera, y de dos motores con tracción total. No hay datos de prestaciones, pero todo apunta a que superarán a sus predecesores; la gran incógnita es si lograrán emocionar del mismo modo sin el bramido del seis cilindros.
En lo estético, las mulas ya dejan ver una silueta continuista afinada por detalles del Taycan: faros más afilados, paragolpes con tomas de aire y persianas activas para domar la aerodinámica. Crecerán en largo y ancho, acercándose al 911, pero seguirán siendo biplaza, manteniendo al nueveonce como único 2+2 de la gama. Detrás, una franja luminosa continua y hombros muy marcados pondrán la guinda.
Vía: Autocar