No es un Bugatti Chiron, sino una copia diseñada por… un fabricante de aspiradoras chino

Dreame Technology, la empresa china que hasta ahora era conocida por sus robot-aspiradores y electrodomésticos inteligentes, ha dado un salto inesperado al presentar las primeras imágenes de lo que pretende ser su debut en el mercado del automóvil: un hiperdeportivo eléctrico que, a simple vista, parece una copia descarada del Bugatti Chiron. Su nueva división, bautizada como Dreame Auto pretende pasar de limpiar suelos a competir con marcas como Bugatti, Bentley o incluso Rimac.

El movimiento se enmarca en un contexto donde China domina la producción mundial de coches eléctricos, con más del 60% de las ventas globales en 2024 y con gigantes como BYD o Geely marcando la pauta. Dreame quiere aprovechar esa cadena de suministro consolidada, apoyándose en colaboraciones como la de CATL para las baterías, y entrar en un terreno donde otras tecnológicas, como Xiaomi, ya han empezado a hacerse un hueco. En apenas unos meses han pasado de un teaser borroso a mostrar renders completos de su coche, incluso con recreaciones del interior. En este, a diferencia del exterior casi clonado del Chiron, apuestan por un diseño más futurista, con pantallas digitales panorámicas y un volante de dos radios.

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El objetivo declarado es exhibir un prototipo físico en el CES de Las Vegas a principios de 2026 y lanzar la versión de producción en 2027, un cronograma vertiginoso teniendo en cuenta que se trata de un fabricante sin experiencia automovilística previa. Además, Dreame no parece tener miedo a expansionarse en Europa de forma agresiva, barajando ya levantar una fábrica en Berlín, muy próxima a la de Tesla, y buscando alianzas financieras con entidades como BNP Paribas. Esta estrategia también podría responder a razones prácticas: evitar los aranceles de la Comisión Europea a los eléctricos importados desde China.

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Lo que resulta más controvertido es el evidente parecido del modelo con el Bugatti Chiron, un coche icónico del que se dejó de fabricar la última unidad en 2024. La parrilla en forma de herradura, la curva lateral que abraza las puertas y hasta la aleta trasera son tan reconocibles que los propios medios chinos han calificado el diseño de “copia total”. Esa semejanza choca frontalmente con las estrictas normativas de propiedad intelectual en Europa, lo que plantea dudas sobre la viabilidad real de comercializarlo aquí si no se rediseña en profundidad.

Dreame quiere fabricar “el coche eléctrico más rápido del mundo”. Un reto mayúsculo en un mercado donde ya BYD ostenta el récord de velocidad con un modelo de 3.000 CV capaz de superar los 470 km/h.

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