Prueba: BMW 218d Active Tourer Luxury Line (diseño, habitáculo, mecánica)

Esta semana ponemos a prueba el BMW Serie 2 Active Tourer, un modelo que pasará a la historia de la marca alemana por ser el primer modelo en equipar un sistema de tracción delantera. Este hecho, capaz de llenar varias portadas, forma parte de los planes de expansión de la marca, que también incluye la incorporación a la gama de carrocerías inexploradas hasta la fecha.

Muchos son los detractores de este nuevo rumbo que toma la marca germana, pero el mercado manda y hay que adaptarse a las necesidades del Siglo XXI. Consciente de la controversia que causaría este modelo, desde BMW se han puesto las pilas para poner a punto este vehículo, sabedores de que todos íbamos a examinarlo con lupa para comprobar si está a la altura de un segmento abarrotado de alternativas.

Aunque son muchos los modelos que se mueven dentro del segmento de los monovolúmenes compactos, es la rama Premium en la que el Serie 2 Active Tourer busca su nicho de mercado, donde hasta el momento campaba a sus anchas el Mercedes Benz Clase B. A lo largo de esta prueba, dividida en dos entregas, trataremos de desgranar todas las cualidades de este novedoso modelo y conocer todos sus detalles. ¿Empezamos?

Diseño

El diseño del BMW Serie 2 Active Tourer es una adaptación más o menos fiel del estilo de carrocería de los últimos modelos de la marca a una carrocería de corte familiar. Esto, que a priori puede parecer complicado se ha resulto de una forma muy inteligente. Tras dotarlo de los elementos inconfundibles de la marca como la entrada de aire doble en la calandra y las ópticas características, se ha esculpido la carrocería con formas musculosas que le aportan una gran sensación de dinamismo, aun con el coche parado.

Sus dimensiones son 4,34 metros de largo, 1,80 metros de ancho y 1,55 metros de alto. La distancia entre ejes es de 2,67 metros.

Prueba: BMW 218d Active Tourer Luxury Line (diseño, habitáculo, mecánica)

El frontal nos hace concentrar la mirada en el centro del conjunto, desde el que parten las líneas con tendencia ascendente hacia el lateral, donde tienen cabida todos los componentes. Los clásicos riñones tienen un tamaño considerable, y su diseño interior se basa en láminas verticales con acabado cromado. Junto a ellos y en una posición más elevada tenemos los modernos faros de tecnología LED para todas sus funciones. La parte baja está compuesta por una entrada de aire para el radiador de diseño horizontal y los faros antiniebla, que también muestran un detalle cromado.

La primera diferencia que observamos con el resto de diseños de la marca es la inclinación del ondulado capó, prácticamente solidaria con la de la luna delantera. En el lateral hay una amplia superficie acristalada, bajo la que se dibuja una profunda nervadura que termina fundida con los pilotos posteriores. La línea baja de las puertas toma una línea ascendente que le da un toque muy deportivo. En nuestra versión, las llantas son de 18 pulgadas con neumáticos 225/45/R18.

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La zona trasera también está diseñada con los extremos ligeramente elevados con respecto al centro, donde destacan unos pilotos de gran tamaño con tecnología LED, que por la noche no dejan duda alguna de que estamos ante un BMW. El portón trasero es de accionamiento eléctrico ??de serie en toda la gama- e incorpora un sistema de apertura sin manos pasando el pie bajo el paragolpes, una solución ideal para cuando vamos con las manos cargadas. La terminación de la línea de escape tiene forma circular y su acabado combina con una discreta línea cromada que recorre la parte baja de la zaga.

Habitáculo

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El habitáculo es sin duda la zona más cuidada del conjunto, y es el lugar donde resultan más evidentes las distancias con respecto a la gran mayoría de sus competidores. La calidad tanto de materiales como de ajustes es excepcional, todo ello ubicado en un interior espacioso y muy iluminado, en parte gracias al enorme techo panorámico -1.426 euros- con el que contaba nuestra unidad.

El puesto de conducción está ligeramente elevado y es más vertical que el de un turismo, pero la posición resulta muy cómoda para toda clase de desplazamientos. La única pega que tiene es que los cinturones no tienen regulación en altura, y para mi gusto quedan altos. Todos los mandos están a mano y tienen un tacto agradable; su disposición es la típica que podemos encontrar en otros modelos de la marca, salvo por la consola central, que presenta un hueco con tapa entre la radio y el climatizador. También dispone de dos posavasos en el túnel central, un amplio hueco bajo el reposabrazos, una pequeña guantera bajo el mando de luces y dos generosos espacios en el guarnecido de las puertas.

Prueba: BMW 218d Active Tourer Luxury Line (diseño, habitáculo, mecánica)

Nuestra unidad combinaba de forma muy elegante el tapizado en cuero perforado beige con inserciones en madera y detalles en cromado. El cuadro de instrumentos es el clásico con dos esferas analógicas, e incluye un display que amplia información en la parte baja. Al igual que en el Serie 1, este display está ubicado de tal manera que queda oculto tras la zona alta del volante, lo que dificulta su lectura. Mucho mmás práctico es el HUD ??Head Up Display-, que proyecta sobre una lámina en la zona alta del salpicadero información sobre la velocidad, señales de tráfico, indicaciones del sistema de navegación y radio.

Para el resto de funciones del completo sistema multimedia debemos acudir a la pantalla central de 8,8 pulgadas que preside el salpicadero, que como viene siendo habitual, se controla desde el sistema iDrive; un mando giratorio situado en el túnel central que nos permite explorar todas las funcionalidades de forma rápida e intuitiva, y que además incluye la posibilidad de introducir caracteres a mano alzada sobre la superficie de la propia ruleta, una solución muy práctica para, por ejemplo, introducir direcciones en el navegador.

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Las plazas traseras disponen de espacio de sobra para las rodillas, incluso para ocupantes altos, tienen salida propia del sistema de climatización, toma de corriente de 12 voltios y luces de cortesía. La banqueta trasera se puede desplazar ??en una configuración de 60/40- 13 centímetros de forma longitudinal, y así sacrificar parte de su espacio para las rodillas para hacer más amplio el maletero.

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El maletero por su parte tiene una capacidad de 468 litros ??El Volkswagen Golf Sportsvan tiene 500, y el Mercedes Clase B 486-, eso sí, con la banqueta trasera en su posición más retrasada. Ese espacio puede aumentar desplazando la banqueta o plegando su respaldo ??en configuración 40/20/40- de forma cómoda desde dos pulsadores a ambos lados del maletero, en ese caso la capacidad aumenta hasta los 1.510 litros. Bajo la tablilla encontramos un hueco donde podremos ubicar objetos de menor volumen.

Mecánica

Prueba: BMW 218d Active Tourer Luxury Line (diseño, habitáculo, mecánica)

El Serie 2 Active Tourer está disponile con tres mecánicas de gasolina –218i de 136 CV, 220i de 192 CV y 225i de 231 CV- y tres diésel –216d de 116 CV, 218d de 150 CV y 220d de 190 CV-. Como podrás observar, el abanico de motores dispone de una potencia ostensiblemente superior a lo que el segmeanto de los monovolúmenes nos tiene acostumbrados, y es que a pesar de ??ceder? con el envoltorio, desde BMW siguen fieles a su corazón deportivo. Las versiones más potentes tanto diésel como gasolina también están disponibles con la tracción a las cuatro ruedas xDrive.

Nosotros nos hemos puesto al volante de la versión intermedia de las de gasóleo, que cuenta con un nuevo propulsor de dos litros y 150 CV, con cuatro cilindros dispuestos de forma transversal ??otra de las novedades del modelo- y un Par motor de 330 Nm entre las 1.750 y las 2.250 RPM. Esta versión es una de las más equilibradas de la gama, y sobre el papel presume de un consumo mixto homologado de tan solo 4,1 litros a los 100 km.

Prueba: BMW 218d Active Tourer Luxury Line (diseño, habitáculo, mecánica)

Acelera de 0 a 100 km/h en 8,9 segundos y alcanza una velocidad máxima de 210 km/h. La potencia es llevada al eje delantero a través de una caja de cambios manual de seis velocidades, o como en nuestro caso, de una automática Steptronic de ocho relaciones. La versión automática hace gala de una suavidad de marcha excepcional, sacrificando muy ligeramente las cualidades deportivas a cambio de una comodidad al alcance de muy pocos vehículos. Mención especial merece el sistema start&stop, que se ha afinado de tal manera hasta funcionar de forma rápida e imperceptible para el conductor.

La plataforma sobre la que está construido este Active Tourer es la misma que la del nuevo Mini, y cuenta con suspensión independiente a las cuatro ruedas. Para dar un poco más de juego a la conduccióon, el sistema Driving Experience Control varía los parámetros del vehículo para adaptarlo a las configuraciones de Confort, Sport o Eco PRO. Se controla desde una tecla situada bajo los mandos del climatizador.

Prueba: BMW 218d Active Tourer Luxury Line (diseño, habitáculo, mecánica)

La segunda parte de la prueba estará dedicada a comprobar como se traducen todas estas especificaciones sobre el asfalto, donde ya te adelanto que este monovolumen ha venido con ganas de dar guerra y alejarse de la creencia de que en este tipo de coches no se puede disfrutar de la conducción. También haremos un repaso a su listado de equipamientos y precios para nuestro país, aspecto que también supone una innovación por parte de la firma de Múnich.

Enlace: segunda parte de la prueba (equipamiento, comportamiento, conclusión)

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