¿Quieres un Volvo familiar? pues date prisa, porque la marca no volverá a fabricarlos

Volvo ha tomado una decisión que marca un punto de inflexión en su historia: abandonar definitivamente la producción de sus emblemáticos coches familiares para centrarse exclusivamente en los SUV. Esta estrategia, confirmada por el CEO de la firma Jim Rowan, supone romper con décadas de tradición en las que la marca sueca se había consolidado como referente mundial en vehículos tipo station wagon.

En una reciente entrevista con AutoExpress, Rowan explicó las razones detrás de este cambio radical: «Lanzar nuevos modelos al mercado es costoso. Resulta mucho más rentable impulsar el volumen a través de la misma plataforma y formato». El directivo dejó clara la nueva dirección de la compañía: «Estamos tomando decisiones muy conscientes sobre dónde queremos competir. Nos estamos diferenciando con los SUV: altura de conducción elevada, gran seguridad, y creemos que podemos defender ese nicho frente a la competencia».

Esta decisión ha generado controversia, especialmente después de que Robert Deane, director comercial de Volvo en Reino Unido, admitiera que la eliminación de los modelos V60 y V90 en 2023 había sido un error estratégico. «Cuando le dices a un cliente que no hay modelos familiares disponibles, se va y compra el de otra marca», señaló Deane, evidenciando la lealtad que muchos consumidores mantienen hacia este tipo de carrocería.

Mientras competidores como BMW y Audi continúan apostando por los familiares, Volvo ha decidido concentrar todos sus esfuerzos en el segmento SUV, con cinco nuevos modelos previstos para 2025, incluyendo el recientemente presentado ES90 y el nuevo EX60 totalmente eléctrico. La marca sueca planea ofrecer versiones más específicas como las ediciones Black y los acabados Cross Country de sus modelos existentes para captar diferentes nichos dentro del mercado SUV.

Esta estrategia plantea interrogantes sobre su idoneidad en el contexto de la electrificación. Los SUV, por su mayor tamaño y peso, requieren baterías más grandes para mantener una autonomía competitiva, lo que incrementa tanto el consumo energético como la huella de carbono en su fabricación. Además, presentan un coeficiente aerodinámico menos favorable que los familiares, lo que afecta directamente a su eficiencia energética, especialmente en carretera.

Para los fanáticos de la marca, esta decisión representa el fin de una era. Los familiares Volvo han sido durante décadas sinónimo de practicidad, diseño escandinavo y seguridad. Ahora, estos fieles seguidores deberán buscar alternativas en otras marcas o adaptarse a la nueva realidad SUV que Volvo ha decidido abrazar como única vía hacia su futuro comercial.

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