Según la compañía de Martorell, algunas denominaciones utilizadas por BYD para sus modelos en el Viejo Continente rozan demasiado de cerca el terreno de su identidad. De ahí que SEAT haya llevado la disputa ante la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, impugnando los registros de BYD Seal, Sealion, Seal S y Seal U por su parecido con “SEAT” y, en especial, con el icónico “SEAT León”.
No es la primera vez que SEAT defiende su territorio en este campo: ya ha frenado intentos de registrar logotipos similares a los de Cupra o denominaciones como FR. Sin embargo, lo que cambia ahora es el tamaño del rival. BYD no es un actor menor, sino la punta de lanza de la expansión china en Europa, que además ha elegido a España como uno de sus principales campos de batalla. Solo hasta julio de este año, BYD ha matriculado más de 12.000 coches en nuestro país, un crecimiento del 700% que coloca al mercado español por encima incluso de Alemania en volumen de eléctricos puros.
Para SEAT el asunto va más allá de la confusión de nombres. En paralelo, la marca lucha contra los aranceles europeos que golpean de lleno a uno de sus modelos estratégicos: el Cupra Tavascan. Fabricado en China y destinado a Europa, el SUV eléctrico está obligado a cargar con un recargo del 20,7% adicional al 10% habitual, lo que convierte su rentabilidad en un campo minado. La factura ya es palpable: en el primer semestre de 2025, SEAT vio desplomarse su beneficio un 90%, hasta apenas 38 millones de euros, mientras que sus ingresos retrocedieron un 2% y sus entregas bajaron un 7%. Son cifras que contrastan con la agresiva escalada de los fabricantes chinos, que no solo desembarcan con eléctricos, sino también con híbridos enchufables que encajan mejor en los bolsillos europeos. De hecho, el BYD Seal U ha sido el tercer híbrido enchufable más vendido del continente en lo que va de año, con más de 27.000 unidades, dejando al CUPRA Formentor en una modesta octava posición.
En el mercado local, SEAT y CUPRA aguantan el tirón con cerca de 60.000 coches vendidos entre enero y julio y con el Ibiza y el Arona entre los modelos más populares. Pero la presión es constante y palpable.