BMW está preparando una nueva ofensiva para convertir el M2 en un auténtico devorador de circuitos. La marca bávara ha confirmado que trabaja en un Track Package para 2026 que promete llevar las prestaciones del cupé deportivo hasta límites insospechados, manteniendo la homologación para su uso en carretera.
El prototipo en color amarillo São Paulo revelado con camuflaje nos deja caer las primeras pistas de lo que está por venir. La silueta del coche se ve transformada por un imponente alerón trasero de cuello de cisne que domina la parte posterior, mientras que el frontal presenta un splitter más pronunciado y tomas de aire rediseñadas que sugieren una aerodinámica completamente replanteada.
Las llantas 827M, heredadas del M2 CS, lucen ahora un acabado bicolor que abandona el llamativo Bronze Gold por una propuesta más sobria. Sin embargo, las modificaciones más profundas se esconden bajo la carrocería. Los ingenieros de BMW M han prometido que este paquete «llevará las piezas BMW M Performance hasta el límite», lo que sugiere mejoras integrales en suspensión, chasis, frenos y manejo.
La experiencia acumulada durante el desarrollo del M2 Racing, la versión de competición pura, fluirá hacia esta variante homologada. Aunque BMW no ha revelado cifras de potencia, el motor de seis cilindros en línea biturbo de 3.0 litros podría recibir ajustes que lo acerquen a los 523 CV del M2 CS, partiendo de los 473 CV de la versión estándar.
¿Y qué hay respecto a su tiempo en el Infierno Verde? El M2 estándar marcó 7:38 en abril de 2023, mientras que el CS conquistó el récord en la categoría de coches compactos con 7:25.5 el pasado abril. Con el Track Package, BMW aspira a rebajar aún más estos tiempos, aunque el compromiso inevitable será una menor comodidad en la calle debido a las mejoras orientadas al rendimiento puro.
