Ferrari ha decidido dar marcha atrás en una de sus apuestas tecnológicas más recientes. Con la presentación del nuevo Amalfi, el sucesor del Roma, la firma de Maranello no solo ha deleitado a los puristas con un V-8 más potente y sin hibridación, sino que ha rectificado el rumbo en el diseño de su puesto de conducción, marcando el regreso de los botones físicos al volante.
La decisión responde directamente a las quejas de los propietarios, quienes encontraron frustrante la interfaz de controles táctiles capacitivos introducida por primera vez en el superdeportivo SF90. La intención original de Ferrari era ambiciosa: replicar la rapidez y familiaridad de la interacción con un smartphone, incorporando la que consideraban la tecnología más avanzada del momento para la industria automovilística. Enrico Galliera, director comercial de la marca, admitió que la idea era equipar a sus coches con lo último para distanciarse de la competencia, pero el resultado final no fue el esperado.
El problema fundamental, como reconoció la propia compañía, fue no considerar plenamente el contexto de uso. La interacción táctil, si bien es innovadora, entraba en conflicto directo con el objetivo primordial de Ferrari: «ojos en la carretera, manos en el volante». La experiencia de conducir un coche de altas prestaciones exige una conexión directa y una respuesta táctil inmediata que los paneles hápticos no lograban ofrecer con la misma eficacia que un botón tradicional. El clamor de los clientes fue tan «fuerte y claro» que la marca no pudo ignorarlo.
Este cambio de filosofía se estrenará con el Amalfi, que también recupera el icónico botón de arranque físico, pero no se detendrá ahí. Ferrari ha confirmado que todos sus futuros lanzamientos contarán con un nuevo equilibrio entre controles digitales y físicos, priorizando estos últimos para las funciones más utilizadas. Además, también hay buenas noticias para los actuales propietarios de modelos con volantes táctiles, el jefe de desarrollo de producto, Gianmaria Fulgenzi, anunció que será posible una actualización. No será necesario cambiar el volante completo; bastará con sustituir la sección central en un concesionario autorizado, sin necesidad de enviar el coche a Italia.
Vía: Autocar
