En la configuración de serie, cuando vamos a comprar un BMW X5 M al concesionario nos encontramos con una máquina dotada de un V8 de doble sobrealimentación y 575 CV. Y pese a los 2.403 kilogramos del conjunto, ya pudimos ver en su día atónitos como esos caballos mueven de forma sorprendente al conjunto en una pista sinuosa.
Hace algunos meses, G-Power ya nos ofrecía una forma de apretarle las tuercas para sacarle chicha extra, elevando su potencia hasta los 700 CV y 905 Nm de par, pero parece ser que su mecánica aún tenía margen de juego en el campo para lograr dar aún más campanazos. Ideal para aquellos inconformistas a los que esa cifra aún le pareciera escasa o quisieran exprimir aún más el potencial de su motor de ocho cilindros.
Así hemos podido ver como en una nueva evolución lo han aumentado hasta los 750 CV y 980 Nm de par, gracias a la introducción de downpipes en acero, turbocompresores de nueva referencia y un escape de titanio (que dicho sea de paso, debería adelgazar unos kilogramos al conjunto, aunque no se especifican). La electrónica está gestionada por la centralita G-Power Bi-Tronik 2 V3 que emplea habitualmente G-Power en sus modelos y que deslimita su velocidad máxima para permitir que alcance los 300 km/h.
Además del aumento de potencia, también podemos completar la preparación con unas llantas de aleación forjadas HURRICANE RR en 23 pulgadas y 11 de ancho con neumáticos 325/25ZR23 además de una suspensión roscada GX6M-RS que nos permitirá establecer la altura que nosotros deseemos al vehículo.