El Land Rover Defender es el hito, el icono histórico por excelencia de la marca británica y a grandes rasgos, del sector de los todoterrenos auténticos. Y es que no hay nadie que no conozca el Defender, todos lo hemos visto y hemos crecido con él y pocos son ya a estas alturas los que no albergan recuerdos de su niñez con un Defender en sus calles. Después de que comenzase una vida útil que ha durado lo inimaginable -desde 1948 hasta hoy-, Land Rover se prepara para marcar el mayor salto de la vida útil del Defender.
Hasta la fecha, el todoterreno británico ha recibido cambios importantísimos, incluyendo cambios estructurales, de diseño, avances notables… pero la esencia nunca ha variado más allá del año 1983, en el cual se introdujo el Defender como tal en sustitución de los antecesores directos, Serie I y Serie II. Pero más de tres décadas después sin llevar a cabo apenas cambios estéticos y aerodinámicos, Land Rover dará vida a un Defender totalmente nuevo que marcará el antes y después definitivo, dando sepultura al modelo original y abriendo las puertas a un nuevo concepto.
La ilustración que tenemos en pantalla muestra con claridad el proyecto que tienen en la marca inglesa respecto al todoterreno más puro de la marca. El Defender recibirá el nuevo lenguaje de diseño que la marca continúa aplicando en sus nuevos modelos, diciendo adiós al diseño old school del Defender, aunque manteniendo una esencia similar a grandes rasgos. Motorizaciones más modernas, un empaque que continuará siendo de puro cuatro por cuatro, pero muchísimo más moderno y un trabajo que básicamente se podría resumir en renovarse o morir. Todo esto es lo que nos espera de cara al próximo año 2018, cuando Land Rover arrancará las ventas del nuevo Defender tras presentarlo en algún salón del automóvil europeo.
Ilustración: OmniAuto
Está bien logrado este diseño, si señor