¿Por qué Opel estaba en una situación crítica y su futuro ahora es muy prometedor?

Cuando PSA se hizo con Opel, la firma perteneciente por aquel entonces a General Motors estaba una situación muy delicada, con pérdidas operativas anuales cercanas al billón de euros y con un futuro muy oscuro debido a la incapacidad para poder cumplir con las nuevas normativas de emisiones cada vez más restrictivas que estaban por llegar y que no necesariamente implicaban cesar la producción de sus modelos, pero sí pagar cuantiosas multas que elevarían todavía más su déficit.

Sin embargo, la mano de PSA está logrando dar un vuelco a la situación a una velocidad imparable. Recordemos que a finales de 2018, muchos de los modelos del catálogo de Opel todavía estaban sobre plataformas de GM, incluyendo el Corsa, Astra, Insignia, Adam, Zafira y Mokka X, con un peso medio de 1,345 kg, frente a los 1,204 kg de Citroën o 1,245 kg de Peugeot. Ahora, para 2020, la gama cambiaría de manera considerable, empezando por el nuevo Corsa ya sobre la plataforma CMP y con una versión 100% eléctrica. También está previsto que lleguen versiones eléctricas de los nuevos Mokka X y Grandland X, para finalmente, en 2024, contar con una versión electrificada de cada uno de sus modelos, ya sea híbridos o 100% eléctricos.

Pero más allá de los planes de futuro que tienen para la firma, lo realmente destacable es que en cuestión de dos años, Opel ya da beneficios, un vuelco inaudito en la industria del automóvil y que pocos esperaban con esta rapidez. Por ello, ahora el foco está en la reducción de emisiones, donde de media, es de 126 g/km CO2, frente a los 108 g/km que encontramos en Peugeot y Citroën, y esto es algo que se conseguirá a medida que se vayan electrificando modelos y desechando las anteriores plataformas de GM.

Vía: Autonews Europe

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