En el año 2011, casi al unísono con la llegada de la actual generación del A6, Audi introdujo también una variante híbrida del mismo, que combinaba el propulsor 2.0 TFSI gasolina de 211 CV junto con uno eléctrico de 54 CV, dando una potencia total de 245 CV.
Desde su lanzamiento, Audi sólo ha logrado comercializar 4.000 unidades en total de dicha variante. Se trata de una cifra realmente baja que no justifica en ningún caso la continuidad comercial del modelo, siempre mirándolo desde la perspectiva de la rentabilidad. Así que aprovechando su lavado de cara, se ha optado por descatalogar el modelo.
Una actualización del modelo ha supuesto el matarile
En cualquier caso, parte de su fracaso comercial podríamos achacarlo también a que no resultaba una opción interesante existiendo el 3.0 TDI, ya que el Hybrid homologa 6,2l/100 km, mientras que el diésel mencionado homologa 5,9l/100 km. Además, tiene otros dos problemas añadidos: las prestaciones del Hybrid son ligeramente peores (realiza el 0-100 km/h en 7.3 segundos y tiene una velocidad máxima de 238 km/h), y además, debido a la instalación de las baterías, la capacidad de su maletero pasa a ser de 375 litros en lugar de los 530 litros habituales.
Para colmo, el 3.0 TDI en España era en torno a 2.500 euros más barato que el Hybrid, si bien es cierto que este último emitía menos emisiones de co2. Así que, con este escenario, era difícil pensar que iba a lograr abrirse un hueco en el mercado teniendo ya una competencia tan dura dentro de la propia gama del modelo y finalmente, el tiempo ha hecho de juez.
Vía: Car&driver
