La moda de los SUV ha hecho que se popularicen mucho las variantes de tracción delantera, por el menor mantenimiento que requieren, así como un consumo inferior y un precio de compra también más reducido. Y pensando en ese target de clientes, desde Mitsubishi han lanzado en nuestro país una variante de este tipo sobre la base del Outlander.
Concretamente, se trata del Outlander 220 DI-D Motion con tracción simple 2WD a las ruedas delanteras. El propulsor de 2.2 litros de cilindrada mantiene la misma potencia que en la variante de tracción a las cuatro ruedas: 150 CV. Su peso es de 1.530 kg, es decir, es 135 kg más liviano debido a que prescinde del sistema de tracción.
Un precio final muy asequible
Fruto de esta reducción de peso, se mejoran sensiblemente sus prestaciones, por ejemplo, en el caso del 0-100 km/h, reduce en 2 décimas el registro hasta bajar a los 10 segundos. La velocidad máxima, por su parte, se mantiene intacta. En lo que concierne al consumo de carburante, también se experimenta una ligera mejora para el 2WD, homologando 5,1 litros en combinado, mientras que el 4WD requiere de 5,4l/100 km. Debido al espacio extra con el que cuenta al prescindir del sistema, añade además tres litros de capacidad adicionales al depósito de combustible.
Estéticamente, presenta una serie de diferencias con la variante de tracción, como prescindir de las molduras de los pasos de rueda, así como los protectores tanto en el paragolpes delantero como trasero. Lo que sí que podemos comentar es que su dotación sigue siendo igual de completa que en la variante 4WD, contando de serie con keyless entry, llantas de aleación de 18 pulgadas, sistema de sonido Premium Rockford Fosgate, arranque por botón, ABS + EBD, elevalunas eléctricos delanteros y traseros, mandos de audio en el volante, Bluetooth, climatizador bizona, control de crucero, barras portaequipajes, sensor de lluvia, retrovisores exteriores calefactables y regulables eléctricamente, entre otros.
Su precio parte de los 30.900 euros, si bien, actualmente cuenta con una campaña de 4.000 euros precio al que habría que sumar el Plan PIVE, quedándose en un precio de 25.900 euros.
