El Salón de los Ángeles ha servido como puesta en escena para la variante más radical del Juke, al menos, a precios terrenales -por lo que el Juke-R queda descartado-. Te estamos hablando del Juke Nismo RS, una vuelta de tuerca en muchos aspectos y que no es más que la confirmación de que Nissan está realizando grandes esfuerzos en sus gamas deportivas (¿recuerdas el IDx del que te hablamos ayer?), todo ello en un contexto en el que, por crisis y por precio de los carburantes, resulta más difícil darle salida a vehículos de este tipo.
Cambios estéticos ya concidos para mejorar la aerodinámica
Los cambios estéticos realizados por la división deportiva de Nissan en su exterior son más bien discretos respecto a la variante Nismo convencional. Se mantiene, por tanto, la estética ya conocida formada por los mismos paragolpes, además de las llantas de aleación de 18 pulgadas en medida 225/45 con neumáticos de la marca y modelo ContiSportContact5. La única diferencia más reseñable en esta ocasión es el emblema de RS ubicado tanto en la zaga como en la calandra delantera.
Su habitáculo presenta una gran diferencia apreciable a simple vista, son los baquets fabricados por Recaro con una tapicería en cuero rojo en laterales, mientras que en la parte central están tapizados en ante negro. Con estos asientos, se asegura una mayor sujeción en curva para los dos ocupantes delanteros, muy importante cuando se va a realizar conducción deportiva, aunque penaliza la comodidad. No falta el emblema de RS en el cuadro de relojes.
Múltiples cambios mecánicos sobre la misma base
Sobre la ya conocida base del 1.6 DIG-T, pasa de los 200 CV a los 215 CV a 6.000 RPM con un par máximo de 284 Nm a 3.600 vueltas acoplado a un cambio manual de seis velocidades, gracias a una nueva electrónica y una nueva línea de escape. Eso, en la variante de tracción delantera, pero también contamos con una variante de tracción integral, cuya potencia es de 211 CV -por las limitaciones de la caja- y va exclusivamente asociada a un cambio Xtronic de tipo CVT con un par de 250 Nm disponible entre las 2.400 y las 6.000 rpm. Esta variante de tracción integral permite ajustar el reparto de potencia entre sendos ejes 50:50.
El propulsor no es el único encargado de recibir cambios, ya que el tarado de la suspensión se ha revisado para enfocarlo más a la deportividad, así como el tacto de la dirección hidráulica (si bien, no especifican en este último caso los cambios que percibirá el conductor). El equipo de frenos también recibe una revisión, con discos de mayor diámetro y los traseros ahora ventilados. Pero sobre todos estos cambios en el bastidor, nos llama aún más la atención el hecho de que se introduzca un diferencial autoblocante de tipo Torsen en la variante 4×2, mejorando así considerablemente su motricidad y la entrega de potencia sobre el asfalto.
Nissan Juke Nismo RS
