El escándalo del software que truca las emisiones no parece tener un fin que se vislumbre en corto. Todavía sigue coleando, y pese a que ha llegado a salpicar a no pocos fabricantes, en este caso lo hace dentro del mismo grupo en el que se comenzó a destapar un antes y un después que ha marcado la industria y posiblemente el futuro del automóvil a medio plazo.
El ministro alemán de Transportes, Alexander Dobrindt, ha anunciado recientemente una llamada a revisión que afecta a los Porsche Cayenne dotados del motor de 3 litros diésel. ¿El motivo? En dichos motores se ha detectado un software de gestión ilegal del motor que alteraba las emisiones para poder cumplir con las normativas de emisiones Euro 6, y que fue descubierto en el transcurso de una investigación interna.
Su funcionamiento era muy parecido al de otros sistemas que se habían detectado en el mismo grupo: este software era capaz de identificar cuando el vehículo se encontraba en el banco de pruebas y en esa situación era cuando entraba en acción un dispositivo de control de emisiones, que posteriormente se desactivaba en carretera.
Por lo pronto, se ha ordenado detener la matriculación de nuevas unidades del modelo hasta que se presente una solución por parte del fabricante, y que a su vez, sea autorizada como válida por parte de la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA), al igual que ha sucedido con los anteriores parches aplicados en las llamadas a revisión realizadas por Volkswagen. Ahora las miradas se centran en el Touareg, con el que comparte motor y plataforma, y se está investigando si también equiparía dicho software.
A todo esto, hay que añadir además que el comité de empresa de Porsche, Uwe Hückse, acusa a la dirección Audi del suministro de dichos motores trucados (enfermos, como los llama él), y que además, asegura que han negado de manera reiterada tras salir el escándalo a la luz.
