Sorprende que a día de hoy, pese a que el futuro a medio plazo en la mayoría de roadmaps de las marcas pase por el lanzamiento de cada vez más modelos de conducción autónoma, desde Jaguar Land Rover rehuyan de dichos planes, o al menos así lo ha anunciado su jefe de I+D charlando con unos periodistas en un evento en la central de UK.
¿Las razones que le han llevado a JLR a tomar semejante decisión? Básicamente, que no quieren considerar que los clientes sean carga y que por tanto, estos sean transportados por un robot (sus vehículos) para que los transporten del punto A al punto B. De hecho, justifican también que cuando se conduce un vehículo autónomo, no se emplea la parte del cerebro que genera emociones. De hecho, se atraven también a decir que esa conexión más reducida de sensaciones entre conductor y vehículo será también un freno para que otros fabricantes que dispongan de dicha tecnología en sus vehículos puedan atraer clientes.
Si bien, esto no implica que no vayan a dejar de continuar desarrollando tecnologías de asistencia autónomas que permitan facilitar la conducción e incluso hacerla más segura, pero haciendo en todo momento al conductor partícipe del acto en sí: conducir.
Recordemos que son varias las marcas que ya han anunciado que para el año 2020 contarán con coches con tecnología autónoma en el mercado, la cuestión es… ¿tendrá JLR que recular de su decisión dentro de unos años? o por el contrario, bien por temores a un cambio evolutivo tan importante de la gente o por otro tipo de cuestiones, dicha tecnología no acabe de despegar comercialmente y haga reafirmarse a la firma británica en su decisión…
