Hace 25 primaveras, BMW lanzó al mercado su primer vehículo dotado de tracción integral. Concretamente en el año 1985, el Serie 3 E30 fue e primer modelo en recibir dicha tracción integral, como alternativa a la popular tracción trasera. El objetivo principal era ofrecer una tracción para aquellos clientes que se movieran por climatologías adversas, así como para aquellos que buscaran un mejor comportamiento del coche en curvas.
Hasta el año 1991 no llegó la tracción integral a los Serie 5 de BMW (E34). En éste caso, estaban dotados con un sistema electrónico de reparto de fuerza, que hacía aún más interesante la tracción integral de BMW que años atrás.
El sistema de tracción integral de BMW ha ido evolucionando paulatinamente con el paso de los años, al llegar al que conocemos como actual xDrive, que en la actualidad se ofrece en 45 de sus modelos, incluyendo además de los X1, X3, X5 y X6, los Serie 3, Serie 5 e incluso el Serie 7. La aceptación es tal, que el 25% de los modelos que vende BMW a nivel internacional están dotados con dicho sistema.
Pero como ocurre con los sistemas de tracción integral, también tienen una serie de desventajas, tales como un precio superior, mayor desgaste de neumáticos, más complejidad mecánica, mayor peso del conjunto, así como un consumo ligeramente superior.
Vía: BMW
