Ya han transcurrido cinco años desde que Peugeot introdujera en el mercado el primer sistema de propulsión híbrida del mercado formado por un motor eléctrico y otro diésel. Hasta entonces, todos los sistemas híbridos contaban con un motor gasolina, pero en ningún caso con uno diésel.
El primero en recibirlo fue el 3008 HYbrid4, mientras que el 508 lo recibió posteriormente con la variante 508 RXH que parte del 508 SW pero además cuenta con una estética personalizada y una gran dotación de serie, en parte, para justificar su elevado precio de tarifa.
Como bien sabes, tras la entrada de Carlos Tavares en PSA, el grupo automovilístico está inmerso en una profunda remodelación de cara a ser rentable, desechando modelos que no eran rentables, cerrando factorías y otro tipo de reformas de suma importancia. El problema es que esta combinación mecánica tan peculiar sólo resulta viable comercialmente hablando en unos pocos mercados, haciendo por tanto que su demanda sea muy reducida, algo que no les permite obtener eficiencia a la hora de aplicar la economía de escala. Eso no quiere decir que vayan a abandonar los híbridos, sino que plantearán una solución mucho más global, pensando por ejemplo también en mercados como el asiático.
Actualmente, en España se comercializa tanto el 508 RXH como el 3008 HYbrid4. Este último ya cesó su comercialización en algunos mercados como el inglés, por lo que no es de extrañar que próximamente también lo veamos desaparecer de nuestro mercado. Pero… ¿qué hay del 508? pues se presentan dos incógnitas posibles: o se esperan a la llegada de la nueva generación del modelo en 2017, o de aquí a dicho año optan por prescindir de esta mecánica.
