Pese a la cierta reticencia que seguimos guardando hacia los motores de cuatro turbos de BMW por la elevada complejidad que llevan aparejada, no cabe duda de que han conseguido quitar el protagonismo que tenían algunos de sus motores biturbo a nivel prestacional para establecerse ahora en primer plano (y claro está, al motor de tres turbos al que reemplaza).
Así es el BMW 750d xDrive, una berlina diésel de 3 litros y seis cilindros en línea dotada de cuatro turbocompresores con una potencia de 400 CV y un par motor máximo de 760 Nm asociado a una caja de ocho relaciones. Más allá de los datos técnicos, podemos decir que se trata del motor diésel de seis cilindros más potente del mundo, todo ello manteniendo un consumo de combustible homologado en cifras bastante moderadas (5.7-5.9l/100 km).
¿Qué sentido tienen cuatro turbos? En este caso, mucho. El principal objetivo que logramos es reducir el retardo en la respuesta de los turbos, por ello, los de este motor funcionan por etapas, dos de ellos se encargan de la baja presión y están en constante funcionamiento, mientras que a bajo régmien, uno de los turbos de alta presión entra en funcionamiento, y conforme aumentamos el régimen, a partir de las 2.500 rpm, es cuando entra en funcionamiento el segundo turbo de alta presión encargado de la entrega de potencia a régimen medio y alto.
Aunque de momento sólo está disponible en el Serie 7, bajo la batuta del 750d, las prestaciones que arroja son propias de un deportivo, tal y como afirma su 0-100 km/h en tan sólo 4,6 segundos. Pero eso no deja de ser una cifra que materializada nos puede resultar mucho más llamativa, es por eso que hoy te traemos un vídeo donde podemos ver a dicho modelo salir desde parado y apreciar bien cómo acelera. Y créeme, es un auténtico misil.
