El cinturón evitó que muriera ahogado

Steven John Earp, el protagonista de esta historia con final feliz vivió, tenía hambre mientras iba en su vehículo de camino a la oficina, así que decidió comerse un sandwich para así eliminar el apetito.

Hasta ahí nada fuera de lo común, el problema vino después, la persona en cuestión se atragantó mientras iba conduciendo con el sandwich. La cosa no acaba ahí, porque después de atragantarse perdió el conocimiento y acabó teniendo un accidente contra un coche estacionado.

Por peor que parezca la situación debido al accidente, la cosa cambió de color, ya que llevaba el cinturón puesto y debido al accidente el cinturón hizo la maniobra de Heimlich, consiguiendo así que Earp escupiera el sandwich que le estaba atragantando.

Poco después, recuperó la consciencia, pero al salir del coche tuvo un colapso y tuvo que ser trasladado a un hospital, aunque poco después le dieron de alta.

Una historia para catalogar 100% surrealista.

Vía: Autoblog.com

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