La industria del automóvil necesita ir enfocada cada vez más hacia vehículos limpios y esto implica que cada vez más, de forma paulatina, se tendrá que ir recurriendo a la hibridación hasta que finalmente acabemos en la electrificación en un futuro bastante lejano. Estos últimos años hemos podido ver, por ejemplo, como prácticamente se han extinguido los propulsores gasolina atmosféricos en favor de la sobrealimentación para poder seguir cumpliendo con las nuevas normativas de emisiones que han ido apareciendo.
Y las normativas de emisiones no entienden de estratos: han afectado también a los BMW M, donde como hemos podido ver, los motores atmosféricos que siempre les han caracterizado han desaparecido por completo de su gama deportiva. ¿Cuál es el siguiente paso?
De acuerdo a unas declaraciones del vicepresidente de BMW M (Dirk Hacker), en una entrevista a Auto Express, el futuro de la división M de BMW pasa por la hibridación, ahora bien, no a cualquier precio. Es decir, que no la implementarán únicamente con el objetivo de reducir emisiones y consumo, sino porque también aporte una ventaja tangible en términos de prestaciones y respuesta del vehículo.
Como sabrás, los BMW M ofrecen un equilibrio entre potencia y peso bastante razonable, para lograr de esta forma un rendimiento prestacional y eficacia en pista que les otorga la fama con la que cuentan a día de hoy. La implementación en términos de peso adicional que supone la instalación de una batería y sistema eléctrico implica aumentar el peso del conjunto, por lo que la única solución para equipararlo en peso a la actual configuración pasaría por el empleo de materiales aún más ligeros y caros, por lo que como verás, la encrucijada en la que se encuentran no es nada sencilla.
Eso sí, por el momento, la electrificación por completo queda en un horizonte bastante lejano para la división, ya que tal y como afirman, sus clientes no están interesados en conducir sin un motor de combustión interna.
