A estas alturas, lo único que nos faltaba por ver del Audi R8 V12 TDI era, curiosamente, su sonido. Ya hemos visto el coche desde todos sus ángulos, leído todas sus prestaciones, analizado a fondo, pero nos faltaba lo más importante hasta hoy: escucharlo.
El sonido es básicamente como esperábamos. Sigue siendo un diésel, pero ya sea un V8 o un V12, lo cierto es que no tiene absolutamente nada que ver con los 4 cilindros o V6 que estamos acostumbrados a escuchar por estas tierras. Allá por el 2001 BMW ya dejó claro con su V8 diésel que para sonar bien no tiene por qué ser un gasolina, y es que al fin y al cabo da igual que sea gasolina o diésel, un V8 y un V12 suenan a lo que son, sin ir más lejos.
Describir el sonido es complicado, muy difícil. Es como describir un sentimiento, y Audi ha conseguido que muchos hayamos dejado a un lado los prejuicios de ser diésel para apreciar lo que es, una auténtica máquina que todos desearíamos tener en nuestro garaje. Por supuesto, sólo falta que se tiren a la piscina y el R8 TDI salga al mercado con un V12 y no con un V8, aunque con éste último también sonará igual de bien.
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Vía: Autoblog
En el ralentí si tracatea un poco pero cuando acelera suena francamente bien. Me lo esperaba peor, la verdad.