El concepto de medio coche, medio moto que pudimos ver hace unos días en el Salón de Fráncfort bajo el nombre de Honda Project 2&4, contra todo pronóstico, podría ser una realidad en nuestras calles. Se trataba de un modelo que bebía directamente de la competición, ya que además de ser una especie de barqueta monoplaza, contaba con el motor de la Honda RC 213V del mundial de motociclismo de MotoGP, como el que emplea Marc Márquez en su moto.
Un motor V4 de 1 litro de cilindrada con una potencia de 215 CV que puede girar hasta 14.000 vueltas, que conjugan con los escasos 405 kg que pesa el conjunto. Nos resultó algo tremendamente atractivo, pero no nos hicimos casi ninguna ilusión de que fuera a llegar a producción. Más aún, cuando emplea el motor de una moto que cuesta 164.000 euros en su configuración de calle.
Pues bien, en una reciente entrevista por parte de Top Gear al diseñador de Honda Martin Peterrson, éste afirma que el modelo tiene una posibilidad remota de llegar a producción, pero sin embargo, tampoco quieren dejarlo en el sótano cogiendo polvo.
Parece que los esfuerzos irían encaminados a sacar algún producto con cierta inspiración o derivado del Project 2&4. Sin embargo, dada la radicalidad del modelo, se nos antoja difícil pensar en estos momentos algún posible uso que le pudieran dar. Y eso es precisamente lo que estarían cavilando en los cuarteles generales de Honda, cómo poder derivar todo el know-how en algo útil y aplicable sobre un modelo de producción.
Le pones cualquier motor de coche urbano superventas de 100cv (por ejemplo el del Jazz,barato, probado, fiable) y le pones un precio asequible rondando los 10.000 euros, permitiendo únicamente su matriculación como track car para no tener que cumplir normativas de seguridad que incrementarían el peso y cambiarían notablemente la estética. Podrías incluso vender opcionalmente el remolque para llevarlo. Superventas asegurado entre los frikis de circuito. De nada, Honda.