La Dirección General de Tráfico (DGT) ha dado a conocer de forma oficial a través de su página web la ubicación de 1.500 radares instalados en carreteras secundarias que catalogan como de especial peligrosidad con el objetivo de reducir las cifras de siniestralidad para que puedan acceder tanto los conductores como los proveedores de los navegadores para que puedan incluir en sus aplicaciones de aviso de rádares estas nuevas incorporaciones.
El objetivo de darlo a conocer es para que de esta forma los conductores que van a realizar desplazamientos estos días (bastante habituales, porque muchos ya empiezan a coger vacaciones) sean más cautos y extremen las medidas de precaución de acuerdo a los límites de velocidad establecidos por ley. La DGT quiere recalcar en todo momento que no se trata de un instrumento meramente recaudatorio, ya que dichos radares móviles serán perfectamente visibles para los conductores (al menos, las instrucciones que ha recibido la Guardia Civil para su colocación atiende también a criterios de clara visibilidad para conductores).
Focalizar su atención en las vías secundarias tiene su explicación: el 80% de las víctimas mortales se producen en este tipo de vías, por ello la DGT quiere para reducir la siniestralidad, centrar su atención en ellas. Pero también se alternarán con otro tipo de controles de alcohol y drogas, así como de vigilancia de las condiciones y estado de los vehículos, especialmente en las festividades que se celebran en el mes de agosto.
El titular es confuso. La DGT lo que ha publicado son los 1.500 tramos donde se ubican los radares móviles en las carreteras españolas, no «La ubicación de 1.500 radares de tramo».