¿Te pensabas que la factoría de Solihull iban a ser los únicos que despidieran con honores de un modelo como el Land Rover Defender que han estado fabricando a lo largo de 68 años? Te equivocas. Aunque no es un modelo con un amplio número de preparadores detrás, la fidelidad de su público y también el esmero que muestran los preparadores dedicados a él han posibilitado que también hagan una interpretación muy particular para homenajearlo en su despedida del mercado.
Tomando como base el Land Rover Defender 2.2 TDCi XS 110 Station Wagon en configuración de siete plazas, han realizado una serie denominada ‘The End Edition’ en la que ha modificado numerosos aspectos de él para establecer una clara diferenciación respecto a una unidad de serie e intentar acercarse a un público que busque una unidad con un elevado grado de personalización y mayor atención a ciertos detalles.
Su propulsor diésel 2.2 TDCi recibe una reprogramación, que a priori no implica una mejora prestacional pero sí en términos de consumo y respuesta del motor en bajos. Estéticamente, recibe una gran remodelación precedida por un ensanche de sus vías, aletines ensanchados, llantas de aleación de 20 pulgadas modelo ‘Mondial’ con neumáticos 275/55, color de carrocería ‘Santorini Black’, pinzas de freno a contraste, lunas oscurecidas así como parrilla delantera específica.
Su interior, además de recibir un sistema multimedia Alpine y cámara de aparcamiento trasera, luces LED en el interior, elementos tapizados en cuero, instrumentación específica, pedalier deportivo, además de unos asientos con una tapicería mucho más sibarita.
