A finales del pasado año, mi compañero Daniel Piñas ya nos acercó una noticia que nos daba fe de la buena salud comercial del Chiron: se habían comercializado 220 unidades. Ahora, tres meses después, se han colocado un puñado de unidades más, hasta llegar a las 250 unidades de las 500 que tienen pensado fabricar. Cifras insignificantes para un coche de gran tirada, con la salvedad de que en este caso hablamos de uno de los coches de producción actualmente más avanzados tecnológicamente del mundo y cuyo coste asciende a 2,4 millones de euros.
Cabe destacar además que muchos de los propietarios que lo han adquirido, ni tan siquiera han podido verlo en vivo o hacer un test drive del mismo, algo cuanto menos llamativo teniendo en cuenta el elevado precio de partida.
Su proceso de producción, además de ser minucioso y ensamblado artesanalmente por un equipo de 20 personas cualificadas, requiere que cada unidad necesite de al menos 6 meses para completar su producción. Y no parecen estar por la labor de contratar personal adicional o abrir nuevas líneas para acelerar esta angustiosa espera: eso podría poner en entredicho los estándares de calidad seguidos en su fabricación por parte de este reducido equipo de profesionales encargados del proceso.
Europa parece haberse establecido como el principal mercado para el Chiron, al acaparar un 37% de las ventas del mismo, seguido de cerca por estados unidos con un 30% y finalmente Oriente Medio con un 26% de las unidades comercializadas. El anuncio además coincide con el Salón de Ginebra, donde Bugatti tiene presencia y ha llevado a su expositor una unidad encargada por un cliente de Alemania y que cuenta con el color exterior Bleu Royal para las partes en fibra de carbono (aunque puede elegirse entre los siguientes colores: negro, gris, azul, verde, marrón, rojo o turquesa), mientras que en su interior, adopta una tonalidad bitono (Deep Blue y French Racing Blue).
La pregunta que nos hacemos ahora es… ¿cuánto tardarán en vender la producción completa del mismo?
