La que en su día fue dueña de Volvo Cars, la gran Volvo Group, ha declarado a través de uno de sus máximos responsables, Finn Johnsson, lo que todos esperábamos:
Volvo Group no quiere su antigua división de coches. La que hoy pertenece a la estadounidense Ford y que también está en crisis, ve sus puertas cerradas ante una posible venta por parte del gigante norteamericano.
Suena un poco extraño que el fabricante que tiene entre manos camiones, autobuses, industria de construcción e incluso material aeroespacial reniege rotundamente de su antigua división de automóviles. Pero no es nada que nos sorprenda, y es que con los pocos beneficios que se tienen entre manos, y lo que puede llegar en los próximos tiempos, quizás mantenerla lo más lejos posible.
Mientras tanto, Ford sigue preguntándose qué hacer con Volvo, a pesar de que ésta esté ligeramente mejor que su marca compatriota Saab.
Vía: Leftlane
