Sería una falacia no certificar que efectivamente, BMW nos ha sorprendido estos últimos años con sus novedades conceptuales en el Concorso d’Eleganza Villa d’Este año tras año. Para el del presente año en el que se celebra tanto el centenario de la marca como el 50 aniversario del icónico 2002 Turbo, han optado precisamente por una reinterpretación moderna del mismo que podremos ver en vivo entre los días 20 al 22 de Mayo.
Este concepto aúna lo mejor de los dos mundos: una hibridación entre el 2002 Turbo y el M2 Coupé (especialmente apreciable en su vista de perfil). El resultado es que nos encontramos ante un modelo con unas formas muy musculosas y agresivas, caracterizándose por unos voladizos más bien cortos, una nariz delantera «de tiburón», una distancia entre ejes considerable además de numerosos aditamientos aerodinámicos así como tomas de aire para optimizar el flujo de circulación del mismo.
Las llantas que monta son de 20 pulgadas y dentro de ellas destacan unos frenos de grandes dimensiones con pinzas de color dorado. De lo que no hay información es acerca de su propulsor, si bien, no esperes ver algo parecido materializado en la calle, ya que como ha confirmado un representante de BMW, este modelo no es más que un ejercicio de diseño en el que pretenden hacer un pequeño homenaje a uno de los modelos más icónicos de la marca, pero en ningún caso anticipar un modelo que esté en desarrollo: no es para menos, el 2002 Turbo fue uno de los primeros coches producidos en serie en Europa que estaban sobrealimentados y además contaban con unas prestaciones muy despuntantes en la época gracias a su dos litros de 170 CV de potencia.
En su frontal, podemos reconocer la tradicional nariz de tiburón (shark nose) que se empleaba en los BMW clásicos, además de recurrir a ciertas soluciones como una línea divisoria en fibra de carbono para dividir la carrocería en dos secciones, también cuenta con un capó mate para evitar que los reflejos del sol puedan deslumbrar al conductor, además de contar con el emblema turbo ubicado entre los dos riñones delanteros. La salida de escape cuádruple integrada en su difusor trasero también nos infunde respeto pese a desconocer su mecánica.
El bonito era el que tenía los faros traseros redondos con la luces de los indicadores en el medio, no el de la foto, con esas luces cuadradas que parecían un parche. Se le fue ese detalle.